Revista Cultura y Ocio

Locura y creatividad... ¿unidas?

Publicado el 14 noviembre 2012 por Poy

Locura y creatividad... ¿unidas?

Ernest Hemingway en 1918.


Hace unas semanas os retuiteé una noticia de La Vanguardia en la que se explicaba que según unos investigadores suecos del Intituto Karolinska, que publicaron sus conclusiones en el Journal of Psychiatric Research, la creatividad está íntimamente ligada con la locura. En la misma noticia aparecen los ejemplos de Virginia Woolf, editora y escritora modernista, que padecía una grave depresión y un trastorno de bipolaridad, y que acabó suicidándose al tirarse a un río. También recoge el mismo artículo los ejemplos de Hans Christian Andersen, autor de cuentos infantiles tales como El patito feo, por los que actualmente se concede el premio Hans Christian Andersen a las mejores historias juveniles e infantiles, o el de Ernest Hemingway, que terminó suicidándose con un tiro de escopeta en la cara, siendo conocidos sus problemas de alcoholismo y depresiones. Aun así, no se sabe si fue efectivamente un suicidio o si tuvo un accidente, ya que poco tiempo antes se le había diagnosticado Alzheimer. Pero estos no son, ni de lejos, los únicos autores que han sufrido trastornos mentales.
Tal vez el ejemplo más conocido es el de Kafka, cuya obra más conocida es La metamorfosis, y que estuvo constantemente preocupado por su salud mental, lo que le llevó a plasmar todas esas preocupaciones en sus obras. No por nada se usa el adjetivo kafkiano para hablar de algo angustioso u oprimente. El caso de Friedrich Nietzshe no es menos conocido, sin embargo. El filósofo alemán que revolucionó el pensamiento occidental tuvo un gran colapso mental a los 44 años de edad, e incluso fue detenido por provocar desórdenes públicos el día que lo sufrió. Para el año siguiente ya estaba completamente hundido en la locura y en apenas 11 años después, moriría en un manicomio de una forma incierta. De hecho, todavía no se sabe exactamente cómo. Otros autores como Leopoldo M. Panero, poeta, esquizofrénico y recluido en una institución psiquiátrica de forma voluntaria o Ronald Hubbard, autor de historias de ciencia ficción y doliente de la misma enfermedad mental son solo algunos de los ejemplos. Eso sin contar las constantes depresiones o atracción hacia la idea de la muerte que han sufrido muchos autores clásicos, como Edgar Alan Poe.

Locura y creatividad... ¿unidas?

Virginia Woolf

La idea de los poetas o escritores -más bien artistas en general- que han sucumbido a la locura, acaso por sus excesos o por el propio proceso creativo, ha convivido con nosotros durante mucho tiempo. Esa romántica idea de la locura como fuente de arte y creatividad no se borra tan fácilmente, y ha sido objeto de varios estudios. En 1995 se llevó a cabo en la Universidad de Kentuky un estudio sobre, entre otras cosas, las tasas de suicidios de la rama creativa, que fue publicado en The Price of Greatness: Resolving the Creativity and Madness Controversy. Se llegó a la conclusión de que el 20% de los poetas de las mil personas estudiadas cometieron suicidio, frente al 4% de la población no relacionada con esta rama. Otro estudio, esta vez de la Universidad de California llevado a cabo por James C. Kaufman en 1987 titulado El precio de la musa: los poetas mueren jóvenes, se llegó a la conclusión de que la esperanza de vida de los poetas era de 62,2 años, mientras que el de los escritores de no ficción es de 67,9 años y el de los novelistas de 66. En ese mismo año se llevó a cabo una investigación en la universidad de Iowa en la que se examinó a 30 escritores y se llegó a la conclusión de que el 80% de ellos habían experimentado algún episodio de depresión mayor o manía.
Sea como sea, tenga o no relación el hecho de sufrir un trastorno con la genialidad o la imaginación, lo que está claro, es que todas esas experiencias vividas por los autores han influido, para bien o para mal, en las obras que nos han dejado.

Volver a la Portada de Logo Paperblog