Hace tiempo que no paso a saludarlos porque, francamente, he estado atareado programando entradas para muchos eventos que se nos vienen encima. Espero, igual, que no me odien por tenerlos tan abandonados. Claro que, también, estoy por entrar a la universidad en el mundo mortal y eso me tiene un poco loco. Pero es un hecho que nunca los abandonaré. Así que, es por eso que el día de hoy vengo a ustedes con mi crítica a una película que personalmente estuve esperando con ansias. Es el final de una era, de un personaje y, por ende, de un actor interpretándolo. Pero vayamos por partes.
El día de hoy vengo a ustedes con una entrada que me emociona mucho hacer ya que es la culminación de una saga de películas y, sobre todo, de un personaje en particular que en lo personal es de mis favoritos. Para no hacerles el cuento más largo sólo diré que dicha película comparte el título con el nombre del personaje que ha sido aclamado por cientos de personas a lo largo de las décadas: Logan. 
Pues bien, la trama es una que muchos, los que estamos familiarizados con el comic, conocemos. Pero dejemos eso un poco de lado porque, si bien la película falla en ciertas cosas respecto al comic, me parece que de momento debemos tratarlo un tanto como una adaptación basada en la historia gráfica, no tanto como una copia que todo fan quiere. Entonces, hablando de la trama de la película en sí, me parece que ha sido un genial cierre para el personaje, y no sólo para él, sino también para Charles, quien aparece en esta entrega tanto o más acabado que el mismo Logan. Los vemos a ambos en su declive. Charles enfrentando lo que podría ser Alzheimer y que, agregado a su gran poder mental, lo único que provoca son destrozos a su paso. Luego está Wolverine en sí, un hombre que se siente derrotado y cansado, uno que ya no sana con tanta rapidez como en el pasado y que no ve con buenos ojos intentar seguir adelante. El problema viene cuando, estando Charles en el estado que tiene, Logan debe venderse como conductor de una limusina para reunir suficiente dinero y comprar un bote para sacar a Charles de su escondite, en ese lugar dónde lo ha metido todo con el fin de que no lastime a más gente. Desde luego, ese es sólo el inicio. A la par una mujer de origen mexicano intenta contactarlo para dejarle a cargo una pequeña niña que, según los rumores, es exactamente igual que él respecto a mutaciones. No diré mucho más sobre la idea de la trama, en qué acaba o cómo se desarrolla porque, a mi ver, lo realmente importante en esta entrega viene de otros aspectos que pienso desarrollar con más calma.
Una de las cosas que más llamó mi atención en la película fue el lazo todavía existente entre Logan y Charles. En el comic nos dicen mucho a lo largo de varios tomos lo amigos que son, lo mucho que se aprecian y lo tanto que harían el uno por el otro. Hasta esta película en particular no se había mostrado demasiado esa estrecha amistad que, en lo personal, me parece muy importante y entrañable. Lo mejor del caso es que, pese a la adversidad, los problemas y todo lo que ha de cargar Logan para que Charles esté de la mejor manera, ellos siguen ahí, como buenos amigos que son, molestándose con el otro, a veces quizá hasta odiándose, pero siempre ahí, que es lo que cuenta. Esto, sin duda, hace de la película algo enorme. Y aquí me detendré porque he de decir que hay un SPOILER. Así que si quieren evitarlo, es momento de brincar hasta el final de esto. Pues bueno, como algunos sabemos, es el final de ambos personajes porque ambos actores quedaron en que nunca más los interpretarían. Pues más allá de rumores, la verdad rotunda es que su forma de salir de escena es gloriosa, que sus actuaciones fueron magistrales y eso se nota incluso en una película dónde la trama prioritaria era la acción. Se llevan las palmas y, a mi ver, es una manera gloriosa de decirles adiós a dos personajes íconos de la saga. FIN DE SPOILER.
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