Revista Opinión

Lógica y ciencia

Publicado el 07 noviembre 2019 por Carlosgu82
La lógica se define como el estudio de los métodos que nos permiten distinguir entre un razonamiento correcto y uno incorrecto. No investiga el origen del pensamiento, como lo hace la psicología, sino solo su validez o invalidez. Para muchos estudiosos, la lógica y la matemática son ciencias formales, para otros, no son ciencias, sino instrumentos de las ciencias. El concepto o idea es una representación mental de algo. No es verdadero ni falso. El juicio o proposición es la atribución de un predicado a un sujeto. Es verdadero si el predicado pertenece al sujeto, y falso en caso contrario. El razonamiento consiste en sacar una conclusión con base en una o más premisas. Una inferencia inmediata es cuando de una sola premisa se saca una conclusión, una inferencia mediata se da cuando la conclusión se basa en más de una premisa. Las inferencias son válidas o inválidas, no verdaderas o falsas. Las falacias son razonamientos inválidos que parecen válidos. Las hay formales y no formales. Las primeras son infracciones a un razonamiento formal. Las segundas se dan en el lenguaje ordinario y se dividen en falacias de atinencia o atingencia y de ambigüedad. En las primeras la conclusión no se “atiene”, no se deduce de las premisas. En las segundas, una palabra o una frase se pueden tomar en sentidos diferentes. Ejemplos de falacias de atinencia son argumentum ad hominen, ad populum, ad ignorantiam, ad verecundiam, ad baculum, círculo vicioso, falsa causa; ejemplos de ambigüedad son equívoco, anfibología, composición, división, etc. La palabra ciencia proviene del verbo latino scire, saber. Es un saber obtenido mediante el método científico, aceptado por la comunidad científica. Para Mario Bunge la matemática y la lógica son ciencias formales (del latín forma, idea). Trabajan con ideas, tienen un método axiomático, demuestran, poseen un sistema de signos y reglas para combinarlos), Son exactas, como la aritmética, porque el ser humano ha creado las reglas para combinar esos signos. En cambio las ciencias fácticas (factum, hecho) o empíricas utilizan el método científico, trabajan con hechos, no con ideas, y verifican. Entre las ciencias fácticas hay algunas que llegan a leyes, como la astronomía, la física, la química (nomotéticas) y otras no llegan a leyes, como las ciencias sociales. La ciencia exige que sus proposiciones tengan carácter general (toda estrella amarilla es más vieja que una blanca-azulada y más joven que una roja), es decir, que no se refiera a una estrella, sino a todas, y debe ser falsable. Esto quiere decir que siempre debe quedar abierta la posibilidad de hallar una experiencia que contradiga la proposición.  Dos proposiciones universales, como toda serpiente es venenosa y ninguna serpiente es venenosa, son contrarias porque ambas pueden ser falsas. De hecho estas lo son. Pero una particular afirmativa, como algunos leones son herbívoros y su universal negativa, ningún león es herbívoro, sí son contradictorias, porque necesariamente una es verdadera y la otra falsa. George Boole modificó en algunos aspectos el cuadrado de oposición aristotélico, pero mantuvo la regla de las contradictorias. Kant la usó muy bien para refutar el argumento ontológico. Una contradicción se da entre predicados. Es contradictorio decir que Dios es todopoderoso pero que no puede hacer algunas cosas. Pero no hay contradicción con la existencia pues esta no es un predicado. Decir que tengo en la mente un ser con todas las perfecciones y luego afirmar que no existe no es contradictorio, pues al eliminar la existencia elimino las perfecciones y borro la contradicción. El mismo Kant consideró que los juicios de existencia solo son válidos para objetos de una experiencia posible. Dios, el alma o el mundo (entendido desde sus orígenes hasta su consumación) no son objeto de una experiencia posible, por tanto, quedan fuera del ámbito de la ciencia.

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