Hoy día es difícil concebir que algo no esté informatizado y nuestras historias clínicas no iban a ser menos. Aunque todavía seguimos dependiendo mucho de las historias en papel, no creo que exista ningún ente, público o privado, que no esté en el proceso de informatizar su información clínica (y la no clínica, claro). Sólo se me puede ocurrir, dentro del ámbito privado, aquella consulta privada de un profesional al que todo esto de la Informática le ha venido tarde y que ya no va a cambiar… pero esas posturas están próximas a extinguirse, ¡la propia ciudadanía nos va a exigir la informatización de su información clínica!
Para bien o para mal, vivimos en un mundo globalizado. No es raro que una persona viva en un sitio y que, por cuestiones de trabajo, tenga que desplazarse a otras ciudades u otra comunidad autónoma o incluso otro país… y, lo malo, es que nuestro cuerpo no entiende de fronteras a la hora de enfermar… ¿qué pasa entonces con nuestra información clínica cuando la necesitamos fuera? ¿Qué pasa con la información clínica que se genera fuera?
Está claro que los gobiernos se han dado cuenta de este problema y están tomando cartas en el asunto… oímos hablar de historia clínica electrónica nacional, de historia clínica electrónica europea… y, aunque personalmente lo vea algo lejos aún, estoy convencido de que es el camino a seguir y que los que nos dedicamos a esto, debemos trabajar duro para que se cumpla.
Pero, ¿qué hace falta para llegar a esto? Creo que la palabra clave en este asunto es ‘interoperabilidad‘. Sintetizándolo mucho, necesitamos que todos los sistemas informáticos implicados en nuestras historias clínicas electrónicas (que no son pocos, creedme) sean capaces de compartir (que no es lo mismo que transmitir, ojo) información y “entenderse” entre ellos, independientemente del hospital, ciudad, comunidad o país al que pertenezcan.
Mañana os seguiré hablando de este tema a colación de un interesante artículo al respecto.
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Informática sanitaria, Opinión por Fran Sánchez