Un día de estos analizaba un poco a la gente que estaba a mi alrededor, me gusta observar un poco más allá de lo que ven mis ojos, y me encontré repetidamente enfrente de una característica que por cierto poco me gusto, puede que esto suene pretencioso, pero no es esa mi intención, pero si he aprendido a observar a las personas y aprender de ellos y ver que les mueve.
Me encontré ante una triste realidad, a la gente no le gusta ¡esforzarse! Quieren todo fácil. Si se inscriben en la universidad desean que el profesor haga un examen sencillo o aplique un proyecto que no requiera mayor esfuerzo, si estamos en nuestro lugar de trabajo estamos revisando el reloj atado a nuestra muñeca o colgado en la pared para saber a que hora salgo corriendo porque llegó la hora de partir; ¡No hay compromiso!.
Los grados de exigencia por como se mueve el mundo cada vez son más altos, se necesita ser creativos, innovadores y sobre todo ESFORZADOS, lo que yo traduciría a su vez como dedicación. Las corporaciones hoy día por ejemplo, se muestran más exigentes con sus contrataciones, hay que cumplir ciertos requisitos para aplicar y para ser aceptados; en otras situaciones, buscan personal con características 5 estrellas pero pagando salarios de 1 estrella, discordante ¿no les parece?
Aunque el mundo se mueva a un ritmo más rápido, pero esto no debe ser un factor para que nos detengamos, al fin y al cabo quien impone su propio ritmo es cada ser humano, el barco que timoneamos lo llevamos a la velocidad que corresponda y apto con nuestras capacidades, y esta bien, no importa si tardas más que otro en desarrollar tus objetivos, lo que si importa, es el esfuerzo que dedicas a esto y la constancia aunada a la dedicación. Para mi todo es entender que podemos vacilar en el camino, al fin y al cabo somos seres humanos, ¿pero siempre vamos a andar vacilando o yendo de aquí para allá conforme nos mueva el viento y con el timón a la deriva?. Creo que no esta bien, ¿tú que piensas?.
Un día de estos me motive mucho con el proyecto que me comentaba una alumna de la universidad, me compartía de algo súper creativo y se notaba el esfuerzo y dedicación, a parte de la motivación que irradiaba, estos factores eran fácilmente detectables por lo que ella en su fulgor me conversaba, lo más importante era que no se quedó solo con su idea, sino que investigó y encontró maneras de desarrollar su proyecto aprendiendo de lo que hacían otros, inclusive, fuera de nuestras fronteras.
Otro factor, es como sorprende ver en las calles personas con caras ¡tan cansadas!, sin ilusión, sin fuerzas, viven en su rutina y van en algunos casos a la deriva, se establecen en un campo de confort y prefieren no ser removidos de este lugar, por lo tanto se olvidan de soñar, de imaginar, de ver más allá de lo que se puede observar día a día. Solo les falta el botón de activado y apagado.
Hace unos días iba en una carrera de atletismo, en primera instancia me había inscrito en un evento que sería de 8 kilómetros, cuando llegó el día del evento, nos informan que ya no van a hacer 8 Kilómetros sino 9.5 Kilómetros, en un momento dado me pasó todo por la mente -comento que tengo algunos meses en este deporte y por lo tanto me asusté un poquito-, pensando que ese kilómetro y medio de más podría vencerme o en el camino tener que optar por caminar algún tracto para poder respirar nuevamente que por lo general para mi es un acto de rendición –ustedes mil perdones jaja soy bien exigente conmigo a veces- no tiene nada de malo detenerse en el camino. Para continuar con mi historia, el recorrido consistía en un circuito es decir, hacer dos veces el mismo recorrido, fue tal mi susto, que en el primer kilómetro me dio cólico, me dolió el hombro y la gente me empezó a pasar, me sentí ¡frustrada!, ¿pero saben que pasó? No me rendí, en lo profundo analice, “me preparé para 8k, tengo enfrente 1.5K más”, ¿pero que significa esto para mi? Al final no significó más que una inyección de esfuerzo, y de positivismo, al recorrer la segunda vuelta iba más confiada y positiva, me esforcé más en mi mente y fue como si mi fuerza corporal recibiera una inyección de energía y adrenalina, empecé a superar a todos aquellos que me habían pasado-soy muy competitiva recuerden jaja- y me sentí mil veces mejor, ya nada me dolía, el cólico se esfumó, el hombro dejó de doler y al final hasta me tomé el tiempo para alentar algunos otros deportistas amateur como yo, en el camino; terminé mi carrera muy bien de tiempo, de energía y de un sentimiento de éxito tan impresionante, como si hubiera ganado la ¡maratón de Nueva York!. Todo fue fruto de un cambio de mentalidad y ante esto, lo demás cambio también.
A veces el deber del esfuerzo pesa en nosotros porque nos da miedo; miedo a enfrentarnos a situaciones desconocidas o personas diferentes, y por tal motivo preferimos el confort habitual. Sin embargo, déjame decirte que ese sueño que has soñado no esta por demás, que ese proyecto que anhelas no está tan lejano, que el ascenso que tanto has buscado no es tan imposible.
Para esto, primero quiebra paradigmas, desecha lo habitual y cámbialo por lo diferente, busca tus planes más viables y cercanos y ponlos a trabajar, segundo, has una reingeniería mental, olvídate de los ¡no puedo!, o de cualquier otro impedimento, aunque a veces sean nuestros seres cercanos, piensa en ti y en como vas a hacer para lograrlo. Tercero, dirige tu timón, y no permitas que el viento te lleve a donde le plazca, encuentra la ruta que te llevará a cumplir con lo proyectado, tú ruta y tu dirección, la que has decidido y trazado. Cuarto, revisa los factores, de esta manera detectarás que hace falta, que se necesita y como se mueve tu entorno y así podrás crear y desarrollar, teniendo en cuenta como hacer frente a lo amenazante del camino, desarrollando estrategias que te lleven a reaccionar y como adaptarte con aquellos aspectos que requieran mayor esfuerzo y dedicación.
Al final de todo, lo que sinceramente deseo es que no seas más el mismo, y que si eres una de estas personas habituadas a su cotidianidad, que te incomodes y que salgas de esa calma, que busques las fuerzas que te fueron dadas, y que te esfuerces por alcanzar lo que has soñado y deseado, sobre todo, que este esfuerzo sea suficiente para que aún en medio de los obstáculos puedas salir adelante.
“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”.
Autor: Mohandas K. Gandhi