Loja es una localidad típicamente andalusí, de calles estrechas y casas blancas, emplazada a la vera del río Genil y dominada por la alcazaba, fortaleza árabe del siglo X, desde la que hay unas espléndidas vistas. Famosa por sus dulces y por las truchas de su piscifactoría, Loja se descubre ante el viajero con unos orígenes que entroncan con la leyenda, pues algunos sitúan el origen de la ciudad granadina tras el diluvio bíblico cuando Túbal, descendiente directo de Noé, la denominara del mismo modo que a su hija predilecta Alfeia en el año 2163 antes de Cristo.
Si el viajero que estudia la historia deja de lado tradición y leyenda, hallará que los vestigios más antiguos de Loja datan de tiempos prehistóricos, en concreto del Paleolítico Inferior, hace 150.000 años. Íberos, romanos, bárbaros y musulmanes sintieron predilección por estas tierras. Sobre todo durante la dominación árabe de la península, cuando se llamó Medina Lauxa, es cuando Loja alcanza su esplendor urbano y se erigió como un importante enclave estratégico, puerto natural de la provincia granadina.
Panorámica aérea de la ciudad de Loja./Menesteo
De hecho, aquí nació en 1313 Ibn al-Jatib, ilustre polígrafo y visir de la corte andalusí de la Alhambra. Como urbe fronteriza, Loja se vio enfrascada en unas cuantas escaramuzas militares, incluso su toma y destrucción por parte de Fernando III el Santo en 1225. Antesala de la capital del Reino nazarí de Granada, Boabdil llegó a entregar la ciudad a Fernando de Aragón en 1486. Precisamente, el general en jefe de los ejércitos de los Reyes Católicos, Fernando González de Córdoba, fue alcalde de Loja en el siglo XVI.
Destacar, asimismo, para la curiosidad del viajero, que el célebre escritor Washington Irving describió la belleza de Loja en sus viajes por Al-Ándalus y que los Hermanos Marx decidIeron que en su película Sopa de ganso la ciudad de Loja se transformara en Sylvania.
Palacio de Narváez./Menesteo
Loja reúne rincones de singular belleza, como la curiosa estación del ferrocarril, la iglesia de San Gabriel (siglo XVI), cuyo pórtico y cúpula se atribuyen a Diego de Siolé, la iglesia de la Encarnación, con su rico contraste de estilos (nave central gótica, capilla mayor renacentista y campamento barroco), o la casa y jardines del general Narváez, en las afueras, donde nació y vivió el popular militar del siglo XIX, quien se convirtió en primer ministro durante el reinado de Isabel II. Fue conocido como el Espadón de Loja.
De entre las edificaciones civiles merece la pena destacar el recinto de la Alcazaba, el Caserón de los Alcaides Cristianos y el Pósito o antiguo granero. Tanto su aljibe como las murallas están declaradas Monumento Histórico-Artístico. Resulta muy recomendable visitar para el viajero los denominados ‘infiernos de Loja’, grandes cascadas que forma el Genil, como la Cola de Caballo y Los Infiernos, en los que el agua salta con fuerza y brillante, en parajes de singular belleza.
Campanario de la iglesia de la Encarnación./Arturo Reina
Como otros atractivos de cierto interés, el viajero tiene la opción de descubrir la Fuente de los 25 caños, el convento de Santa Clara (siglo XVI), donde destacan la portada de estilo isabelino y los artesonados mudéjares, o también la Puerta de Jaufín, que era el antiguo acceso a la ciudad granadina.
En las cercanías de Loja se halla uno de los mejores y más lujosos hoteles de Andalucía. La Bobadilla está ubicado en una enorme finca, en un edificio en forma de cortijo y con todos los servicios imaginables, además de dos restaurantes de gran nivel, como La Finca y El Cortijo.
Sin más demora, y para concluir este breve recorrido por una de las ciudades con más historia y riqueza patrimonial de Andalucía, os dejo con un estupendo vídeo que permite descubrir la belleza que atesora Loja y desprende a todo quien tiene el privilegio de visitarla:
Dónde dormir: Hotel Abades; Autovía A-92, Km. 192; 18300, Loja (Granada) Teléfono: 902323800; [email protected].
Dónde comer: Casa Raimundo; Plaza de San Isidro; 18313 Riofrío (Granada) Teléfono: 958326810.