Revista Cómics

Lolita, de Vladimir Nabokov

Publicado el 11 diciembre 2015 por Belldandy @belldandy_18
Lolita, de Vladimir NabokovSe acaba el año y, para cumplir el reto de los Imprescindibles, me faltan dos novelas por leer, por lo que voy algo justa. Aquí traigo la primera de ellas, así que en los próximos días espero que me dé tiempo de leer otra más.

En ocasiones parece que los astros se alinean y hay una serie de coincidencias que me acaban llevando a leer cierto libro, ver cierta serie o película, o etc. Pues algo así me ha pasado con esta novela: una disputa en twitter con un par de no-tan-niñatos pro-lolicon, esta entrada y la colección basada en las recomendaciones literarias del autor, cuando daba clases de literatura, que me estoy haciendo a través de Círculo de Lectores. Algo me tiraba para que leyese este libro y cedí a lo inevitable.

Argumento

Lolita, de Vladimir Nabokov
Como profesor, Humbert Humbert deja Europa por los Estados Unidos de América. El puro azar le hace acabar alquilando una habitación en la casa de Charlotte Haze después de conocer a su hija, Dolores, mientras tomaban el sol en el jardín. 

Dolores tiene doce años y le dicen, de manera cariñosa, «Lo» o «Lolita». Humbert ve en ella a la perfecta "nínfula", esto es, niña entre los 10 y los 14 años que guarda un ser demoniaco y seductor en su interior. En su perturbada visión, las nínfulas son todas niñas, pero no todas las niñas son nínfulas.

Su madre Charlotte es una viuda solitaria y se convierte inconscientemente en el enlace de Humbert con su hija. En poco tiempo, Charlotte cae enamorada de su inquilino y se casa con Humbert sin saber que el único motivo por el que éste acepta es para estar junto a su hija.
Reseña
Iba a decir "nunca", pero como podría estar mintiendo, voy a decir que no recuerdo haber tenido tantas ganas de terminar de leer una novela como me ha pasado con ésta. Principalmente por la temática, pero también influye que la segunda parte es tremendamente árida y aburrida salvo en su recta final. Pero vamos por pasos.
Nadie se debe llevar a engaño, la novela no idealiza el amor depravado del protagonista, todo lo contrario. Humbert es un monstruo con enormes problemas psicológicos por los que, como mínimo, debería seguir un tratamiento. Sin embargo, es muy inteligente, es atractivo y, de puertas para afuera, no deja ver la oscuridad que encierra. Pero en realidad es un ser despreciable con tendencias homicidas, un maltratador y un degenerado. Basten los pasajes que os dejo aquí para evidenciarlo.
Lolita, de Vladimir Nabokov
Lolita, de Vladimir Nabokov

En el primero se ve cómo manipula a la niña, asustándola con lo que podría pasar si llega a denunciarle. En el segundo, se plantea que podría dejarla embarazada cuando deje de ser una nínfula para poder disfrutar de su hija-nieta antes de ser demasiado viejo. Otro pasaje, al que no llegué a sacarle foto, hablaba de cómo Humbert compra somníferos para darles a madre e hija y así poder estar con la segunda dormida mientras la primera no se entera de nada. Para que se revuelvan las tripas. Y aún hay quien piensa que la mala de la historia es Lolita.
No hay que olvidar que este libro está escrito en primera persona desde la mente retorcida de este sujeto, lo que supone que deberíamos partir de la premisa de que estamos ante una absoluta parcialidad y tergiversación. Salvo algunos diálogos puntuales, Lolita, como tal, no tendrá voz en su propia historia. El paso de los años ha degenerado su nombre en el imaginario colectivo haciendo que sea asociada a una joven seductora, que el hombre que "cae en sus redes" es una víctima, cuando es completamente al revés. Lolita es una niña (DOCE AÑOS. DOCE ¿repito otra vez? DOCE) que tiene la desgracia de cruzarse en su vida con un degenerado justo cuando está entrando en la adolescencia. Desde ése momento su vida se acaba convirtiendo en una tragedia con todas las letras (releer el prólogo al leer el final de la novela, descubrimiento brutal). Quizás una novela paralela, contada desde su punto de vista, habría evitado que hoy se usara su nombre con las connotaciones que tiene.
Quiero detenerme aquí, porque estoy leyendo algunas reseñas que me están poniendo entre enferma y de muy mala leche, buscadlas si queréis, yo no les voy a dar publicidad. He llegado a leer hasta que el protagonista no es un pedófilo, imaginad el nivel. Tal vez ya no se recuerde lo que es la entrada en la adolescencia, esa etapa en que nos creemos ya personas adultas, pero no lo somos. Lolita está en ese punto, le gusta usar pintalabios, es rebelde con su madre, es caprichosa y banal y es aficionada al cine y sus estrellas. Humbert le recuerda a uno de sus actores favoritos e, inevitablemente, algo de atracción siente, pero de ahí a hacer creer que la NIÑA se insinúa hay la misma distancia que de aquí a Australia. Si el lector que acaba la historia se deja engañar por la palabrería de Humbert y no distingue quién es la víctima, que se revise muy mucho, porque hay algo que no va bien en su interior. Os voy a enlazar al proyecto No son depravados (es la cuenta de Twitter, pero pasaros también por el tumblr enlazado en el perfil), lleno de testimonios de, hoy, muchas mujeres que recuerdan con dolor abusos y acosos en su niñez o adolescencia.
No me entendáis mal, el libro es magnífico, es la temática la que es complicada y difícil de tragar. Le reconozco que lo desarrolla de maravilla y, por su parte, ninguna pega. Es contra la imagen retorcida que se ha ido generando con el paso de los años con lo que pongo el grito en el cielo.
Aún así, como decía más arriba, a la novela le tengo que poner una pega y es que, intencionadamente, la prosa se va retorciendo según avanza, sobre todo en la segunda parte. La locura del escritor (me refiero al personaje de Humbert, no a Nabokov) parece irse acentuando y es más difícil seguirle el hilo hasta el punto que me empecé a saltar varios párrafos. Si Nabokov hubiese condensado más esta parte, recortando pasajes que son puro aburrimiento, habría sido una novela mucho más redonda. ¡Ah! Y otra mini-pega son las expresiones en francés que se cuelan a menudo (sin nota a pie de página con la traducción) que, en su mayoría, me sobraron bastante.
Como novela es impresionante. Eso sí, hay que leerla sabiendo que habrá que tragar varios sapos desagradables para poder avanzar. No es una historia de amor, como muchos quieren vender, es un relato de pura obsesión pederasta y como tal la trata el autor. Por desgracia, no es la visión de éste la que se ha impuesto con el tiempo, sino la de Humbert.
Lolita, de Vladimir Nabokov

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