Lolo Polos es la nueva heladería de Malasaña que viene a contradecir a mi madre. A todas las madres del mundo. A esas que se las ha caído la boca de decirnos de pequeños que no compremos polos, que son “puro hielo”. Pues serán así todos los demás pero los “lolos” de Lolo Polos, no. Los “lolos” son pura fruta congelada.
Recetas caseras con productos de temporada, yogur, leche, especias, poco azúcar y menos agua, sólo la justa para que algunos zumos espesos congelen. Y entonces, le das un lametón a uno y te das cuenta de que no sabe a polo. Sabe a sandía con pepino. Sabe a lolo.
La pequeña polería de Malasaña es un chute de color. Con diseño de Chocolate Ñam & Fun y decorada por Marta Banús, entrar en Lolo Polos te transporta a un universo casi de dibujo animado. No puedes evitar sonreir ante las hileras perfectamente formadas de lolos alineados con sus palitos, todos hechos artesanalmente. Nunca sabes qué sabor encontrarás porque Azmina Khanbai, su dueña y creadora, sólo utiliza fruta de temporada, la que esté verdaderamente en su punto, así que depende “de lo que me traiga mi frutero cada día”. Sandía con pepino, mango con yogur y cardamomo, fresas, picotas, nectarinas y muchas más originales recetas que Azmina inventa sobre la marcha, con todo lo aprendido de sus raíces indias y africanas.
Lolo Polos es el resultado de las vivencias de Azmina y su hermana Ashrafa. Nacieron en Tanzania en un momento de restricciones económicas, con lo que su madre producía artesanalmente muchas de las cosas que consumían en casa. Entre otras, helados y polos de aguacate o con recetas indias familiares en una vieja heladera de madera “en la que nunca salían bien”, recuerda Azmina sonriendo. Su padre, por su parte, era farmacéutico y de él, aprendieron “el valor de apostar por los proyectos personales”, me cuenta Azmina.
Después, la familia marchó a Inglaterra, donde las dos hermanas estudiaron, trabajaron y se casaron. Y entonces, la vida les colocó sus propias restricciones. Los hijos, los horarios infernales, la mudanza de Azmina a España con su familia separaron a las hermanas de los trabajos para los que se habían formado (Azmina es médico y su hermana, abogado).
En esta tesitura estaban cuando se descubrió la alergia a la lactosa de uno de los hijos de Ashrafa y sacaron el antiguo recetario materno para hacerle dulces fríos al muchacho. Y ahí, vieron la posibilidad de tener un proyecto personal en Madrid, una heladería de polos hechos con ingredientes naturales, sin añadidos químicos y para todos los gustos. “No somos supermadres, solo queremos que nuestros hijos coman bien y sano”, apunta Azmina.
Lolo Polos no invernará en invierno. Azmina prepara ya una carta de desayunos, productos para llevar y un montón de recetas más cálidas para sus polos: arroz con leche con fresas, mezclas con canela o nuez moscada. Para que podamos disfrutar también cuando hace frío de los revitalizantes lolos de Lolo Polos.
Los datos: Lolo Polos. Calle Espíritu Santo, 15. Precio: 2,95€ por polo.