Londres en navidad

Eran poco más de las diez cuando el tren nos dejaba en la estación de St.Pancras. La noche anterior habíamos estado seleccionando los lugares que queríamos visitar, algo complicado ya que en navidad Londres tiene mucho ambiente, con un montón de mercadillos navideños, iluminación callejera y actividades para disfrutar.

Nuestro primer destino era Winter Wonderland en Hyde Park. De camino, pasamos por Harrods y después de perdernos por la zona de alimentación llegamos a la planta de niños con la idea de hacer una visita a Santa Claus. Resultó que un Papá Noel tan exclusivo no podía sino recibir únicamente con cita previa… ¡cualquiera le pide un regalo! ¡pues otra vez será, Santa!

Y llegamos a Winter Wonderland, una especie de parque de atracciones navideño, con mercado de navidad y pista de hielo incluida, además de casetas de comida y de juegos. Nuestra idea era evitar los fines de semana para no sufrir las aglomeraciones y lo conseguimos, pudimos pasear tranquilamente por todo el recinto, aunque nos han contado que los fines de semana se llena muchísimo de gente.

La entrada es gratuita, únicamente se paga por las atracciones y lo que consumas dentro. Es importante señalar que no se admiten tarjetas, únicamente pago en efectivo y algo a tener en cuenta es que todos los cajeros del recinto cobran comisión, así que mejor ir preparado para esto. Sin duda, una visita imprescindible para disfrutar de la navidad en Londres, ya sea en familia, pareja o con amigos. Hay actividades para todos los gustos y edades.

Dejamos atrás el parque y nos dirigimos hacia Oxford Street para ver el ambiente. Con los escaparates de los comercios decorados y la iluminación navideña de las calles al máximo, paseando llegamos hasta Oxford Circus, bajamos por Regent St. y de ahí a Picadilly ¿no es espectacular el ambiente?

A mitad de camino paramos en Hamleys, donde Iker se lo pasó de miedo jugando con un minion de su tamaño y con peluches que ladraban y saltaban cuando menos lo esperabas, lo que le provocaba carcajadas inmensas. La juguetería estaba llenísima de gente pero siempre es un buen sitio para parar ya que tienen cambiador. Un poco más abajo, casi en Leicester Square está la tienda M&M’s que también tiene cambiador para niños.

Decidimos continuar hasta Leicester Square, donde encontramos un pequeño mercado de navidad con noria y carrusel incluido. El ambiente nos pareció mucho más acogedor que el de Winter Wonderland, aunque probablemente no sea comparable en tamaño ni medios, pero vale la pena pasar un rato por allí.

De ahí continuamos para Trafalgar Square. En realidad, habíamos oído hablar del encendido del árbol y teniendo en cuenta la importancia de la zona esperábamos algo más. Justo íbamos comentando que no habíamos visto ningún símbolo religioso hasta ese momento, cuando vimos que habían instalado un Belén. Había además un coro cantando villancicos bajo el árbol y poco más.

Se nos había ido ya casi el día, pero queríamos llegar hasta el South Bank, nos gusta mucho esta zona y solíamos pasear bastante por aquí cuando estábamos en Londres. El Big Ben estaba iluminado y también el London Eye, además hay un mercado navideño y un montón de actividades. Siempre es una área muy activa aunque ya era tarde y la gente comenzaba a marcharse.

No podemos evitar tomar algunas fotos de St. Paul’s Cathedral y el puente, que se ven especialmente bonitos en ese momento. Pero hace frío y ya no queda mucha gente por la calle así que tomamos un bus de regreso a St. Pancras, donde nos detuvimos bajo el árbol de muñecos de peluche de Hamleys antes de tomar nuestro tren de regreso a casa.

Sin duda, un día ajetreado que junto a la escapada que hicimos a Bath sació nuestras ganas de navidad por este año. El próximo más… ¿seguiremos viviendo en el Reino Unido? ¡quién sabe!