El Sueño del Pibe
Ewan MGregor y Charley Boorman se conocieron durante el rodaje de “The Serpent’s Kiss” (1997), y lo que podría haber pasado a ser una camaradería transitoria, se convirtió en una amistad bastante más duradera. ¿Qué une a estos dos actores además del acento británico? El amor por las motos. Desde el comienzo, Ewan y Charley compartieron su gusto por las dos ruedas, la velocidad y los viajes solitarios. Lentamente comenzaron a planear una vuelta al mundo sin precedentes en el mundillo de las estrellas de cine y así salió una travesía que atravesó Europa de punta a punta. Inspirados en el libro “Los Viajes de Júpiter” escrito por el aventurero y periodista alemán Ted Simon, los dos jóvenes actores se pusieron el casco y desempolvaron planisferios. Hoy toca el turno de un documental que, al menos para mí, está más cerca de la road movie.
Los productores David Alexanian y Russ Malkin fueron los primeros en encontrarle la veta comercial a la loca idea de estos dos motoqueros devenidos en actorazos (o vice versa) y BMW, el chivo obligado para solventar los costos. En un principio, Boorman era más partidario de que la empresa que le pusiera el sello a las motos del programa fuera TKM, pero a último momento la compañía se bajó del proyecto por las dificultades surgidas en los días previos a la partida.
Long Way Round es el título que recibió esta serie de TV, a medio camino entre el documental y un guión cinematográfico. A lo largo de siete capítulos se cubrieron los 30.577,536 kilómetros que separan el punto A del punto B, más específicamente Londres de New York, aunque yendo por el camino largo: a través de toda Europa del Este, luego Asia, más tarde el cruce por Alaska y hacia el sur hasta la ciudad más famosa de EEUU. Cabe aclarar que en 2006 se editó una versión extendida con 10 episodios de este primer viaje.
En total, fueron doce los países atravesados, sumando a Europa Occidental y Central, Ucrania, Rusia, Kazajistán, Mongolia, Siberia y Canadá. El recorrido, casi íntegramente realizado sobre las motos, fue interrumpido por algún atajo en camión o avión para los tramos intransitables por la vía terrestre.
Ahora, en términos más subjetivos, vale decir que Long Way Round es una serie recomendable incluso para quienes no son muy habitués de los documentales, justamente por estar pensada más como una road movie (o road serie) que como un documental de lo que podría hacer Jeff Corwin o el ya desaparecido Steve Irwin. Lejos de eso, LWR propone una historia pensada desde lo ficcional, aunque todo lo que se muestra sea real. Con giros dramáticos, múltiples elementos narrativos (desde la cámara en mano, la voz en off y el diario del viajero) hasta un excelente montaje que nos sumerge en la historia como si realmente estuviera digitada desde un principio.
Quizás Ewan y Charley no sean los guías turísticos más formales, pero justamente en ese punto Long Way… se destaca de otros documentales de viajes. En ningún momento los dos protagonistas se ponen en plan sabelotodo y en los momentos en que deben explicarle al televidente las características históricas de algún lugar, suelen terminar tentándose y rematando con un “ok, estoy fingiendo que no lo estudié de memoria”. Claramente no es una serie para los que esperen aglutinar demasiada información a lo Discovey Channel, pero sí permite conocer otros lugares a través del ojo de aventureros ocasionales y turistas desestructurados en lugar de presentadores acartonados en su función pedagógica.
Su función no es tanto enciclopédica, y prima la aventura inocente, al mejor estilo Indiana Jones.
Y si de guiños a la cultura cinéfila se trata, Ewan McGregor muestra su costado más friki haciendo todo tipo de chistes sobre su pasado Jedi en los escenarios más extraños de la Tierra.
Los siete capítulos que conforman esta primera temporada alcanzan y sobran, son quizás la medida justa para este tipo de programa, que no llega aburrir por no estar alargado en ningún momento. Long Way… propone un viaje quizás algo más caótico que su segunda parte, Long Way Down, pero eso al mismo tiempo le da un aspecto de realidad que ni siquiera desentona con todo el dinero destinado a que las cosas salieran bien en este viaje.
Aunque es cierto que buena parte del trayecto lo hacen Ewan, Charley y Claudio (el camarógrafo) solos, también vale aclarar que los productores y un médico siguen algunos kilómetros atrás a los motociclistas en una 4×4, eso a priori podría quitarle cierto peligro y sentido de la aventura, pero aún esas previsiones no dejan de lado los problemas del viajero, que se suceden en la serie y le dan esa pequeña cuota de morbo que todos, en el fondo, esperamos al ver estas temáticas extremas (por ejemplo, descubrir qué pasa cuando al Obi Wan le salpica nafta en el ojos… bwahaha)
Durante el viaje las caídas de la moto son incesantes, algunas más graves que otras. Charley se desgarra los músculos de la espalda, Ewan es atropellado por un auto en EEUU y la 4×4 de los productores vuelca en medio de la nada, por nombrar algunos de los episodios que le dan cierta adrenalina al a veces monótono paisaje europeo.
Los ingredientes de todo viaje suman y mucho: perturbadores y hospitalarios habitantes de cada pueblo, situaciones insólitas, chistes de toda clase y lugares increíblemente bellos agregan condimentos a un viaje que no dan ganas que termine.
Muy buena opción como contrapartida de los típicos documentales de presentador a través del mundo y con dos protagonistas de lujo. Además, en mi opinión, un gran ejemplo de cómo una serie “real” puede ser construída a través del lenguaje de la ficción.
Título original: Long Way Round
País: Reino Unido
Años de emisión: 2004
Cadena: Sky One
Creador: Ewan McGregor, Charley Boorman y David Alexanian
Número de temporadas: 2 (sumando Long Way Down)
Cantidad de episodios: 16