(La vie en rose)
Algunos complementos son como estos manguitos de lana, de Calzedonia. Destinados para adornar los zapatos, valen para todo. Si no están, no se les echa de menos pero cuando aparecen lo cambian todo.
Hay otro tipo de complementos, como estas botas. Son mosqueteras cuando necesitas que te cubran y te protejan del frío. Y son capaces de darse la vuelta sobre sís mismas cuando necesitas que te ayuden a lucirte.
Y luego está este abrigo desestructurado, de lana y cuadros, con cuello Mao y manga francesa. El típico complemento que siempre está disponible en la percha, no llama mucho al atención a primera vista, pero gana enteros cuando lo pruebas piel con piel. Te abriga y te deja lucirte. Te tapa sin sobreprotegerte. Lo dejas en la percha un tiempo y cuando vuelves a ponértelo es como si no hubiera pasado el tiempo. Y te preguntas por quéno te acompaña más a menudo.
Porque es una suerte tener un vestido bonito. Pero es mucho más difícil encontrar los complementos adecuados para que luzca. Como en la vida misma, oiga.