Lorenzo festeja su segundo título en Moto GP en Phillip Island - AFP.
Cuenta Jorge Lorenzo que es capaz de trazar por el mismo sitio las curvas en una carrera o, como mucho, de hacerlo un metro hacia la izquierda o hacia la derecha. “Hay pilotos que en una curva van por un lado y en la próxima van tres metros desviados”, añade el piloto de Yamaha en su autobiografía, titulada Por fuera desde dentro y escrita por Ernest Riveras. Seguro que no se podía imaginar que abrillantaría su segunda corona de Moto GP, su cuarto título –también cuenta con dos en 250cc–, tras el error de un rival infatigable como Dani Pedrosa, que en la curva 4 de la segunda vuelta se abrió en exceso y acabó cayéndose y abandonando en Phillip Island: “Se me ha ido delante, el neumático estaba un poco frío”. Valiente y decidido, Pedrosa fue a por todas y justo en esa curva 4 se había puesto primero en la vuelta inicial superando a Lorenzo, habilidoso en la salida para pasar a liderar y que rodaba tercero tras las Honda cuando se cayó Pedrosa. El piloto de Yamaha no quiso desperdiciar la oportunidad y quiso arriesgarse para tratar de batir a un Stoner imparable que le sacó más de nueve segundos. El australiano ya había avisado que no sabía de órdenes de equipo y quería ganar por sexta vez consecutiva en casa para despedirse para siempre de su público en la penúltima carrera de su vida deportiva. Stoner cumplió su palabra el día en el que Lorenzo se llevó todos los focos. “No es casualidad, ya tenemos dos. No sé cómo describir este momento, es muy dulce”, cerró el campeón, tan contento y agradecido con su equipo que abandonó un momento a sus compañeros en el podio, el vencedor de la prueba, Stoner, y el tercero, Cal Crutchlow, y se fue a bañar con champán a su equipo. “Mantener la concentración es muy difícil. Las carreras así son muy largas”,le elogió, muy emocionado, Ramón Forcada, su jefe de mecánicos. Un seguidor más de Lorenzo, que en Australia , en el mismo escenario donde el curso pasado se destrozó el dedo anular izquierdo y cedió el mundial ante Stoner, recibió la recompensa a su regularidad, pues en 16 de las 17 carreras disputadas ha sido primero seis veces y segundo hasta nueve. Lorenzo es ya el mejor español en la máxima categoría con dos coronas superando a Àlex Crivillé y empata a Jorge Martínez Aspar número de mundiales. A ambos sólo les supera el inalcanzable Ángel Nieto, con 12+1. No se esperaba Lorenzo llevarse el gato al agua en Phillip Island y no había preparado ningún show de los suyos. Era consciente de que iba a ser difícil doblegar a un Stoner mermado tras su operación, pero dominador en la calificación y los entrenamientos, y también a un Pedrosa al que sólo le valía el triunfo y se llevó la peor de las decepciones nada más empezar. “He intentando el máximo durante toto el año y especialmente estas últimas carrreras”, alcanzó a decir el piloto de Castellar del Vallès, antes de cerrar que se sentía “orgulloso” por haberlo dado todo. Los números dicen que es así, pues su tercer subcampeonato de la Pedrosa –a falta del GP de la Comunidad Valenciana cuenta con 307 puntos– es el mejor de la historia en la máxima cilindrada. Pedrosa llegó a Aragón con 38 y consiguió limar las diferencias hasta los 23 a falta de dos pruebas, pero patinó muy pronto y sirvió en bandeja el título a Lorenzo, abrazado por sus rivales y que nada más llegar de la vuelta de honor abrió gas para festejar su alegría. Después se subió encima de la M1 y pegó un salto histórico. Ya tenía su segunda corona en Moto GP. Ya puede estar tranquilo. Inmensamente feliz.