No hay cosa que más nos emocione que el descubrimiento de algún secreto.
Bueno sí lo hay; visitar el lugar que lo ha escondido. Es como colarnos un escenario cinematográfico y sentirnos protagonistas de esas historias. No hay que salir de nuestro país: una estación y vagones de Metro que se han detenido en el tiempo, una laguna que -cuenta la leyenda- no tiene fondo y sí algún monstruo, parques que guardan historias con morbo, lugares subterráneos... Repasamos con vosotros algunos de estos lugares. Y no hablamos solo de miedo sino de curiosidades.
La Laguna Negra. Vinuesa (Soria)
Es uno de los lugares naturales con más leyendas transmitidas de boca en boca a lo largo de cientos de años -e incluso en las obras de algunos escritores, como Pío Baroja-. Se encuentra en el monte de Santa Inés, en el Parque Natural de la Sierra de Urbión, muy cerca del bonito pueblo de Vinuesa. Según algunas leyendas, esta laguna, bordeada de pinares y con más de 4.600 hectáreas, no tiene fondo -en realidad sí, de 10 metros- y, cuando se llega a ella, es obligado tirar alguna piedra para preservarse de un gigantesco lagarto que vive en sus aguas o de un monstruo de gran altura. Lo cierto es que la belleza de este parque natural puede con el miedo y las supersticiones.
Andén 0: la estación fantasma de Chamberí. Madrid
El acceso a esta estación de la línea 1 de Metro de Madrid está cerrado desde 1966, pero los vagones, aunque no paran, siguen pasando por ella. Visitarla es viajar a los años 20. Desde 2008 se pueden realizar las visitas -guiadas o no, de jueves a domingo- de manera gratuita. El recorrido por la estación de 1919 se inicia en las escaleras circulares. Quizás lo que más llama la atención es la llegada al andén. Allí, en sus paredes, se pueden ver los anuncios publicitarios de la época realizados con mosaicos y enmarcados en azulejos sevillanos. Los tornos de salida se accionan con el pisado del viajero.
Aunque no es un museo propiamente dicho, está considerado como uno de los museos 'más viajeros' de Madrid.
Un vestíbulo de Metro con mucha historia. Madrid
El mismo año que se cerró el acceso a la estación de Chamberí también dejó de prestar servicio la estación de Pacífico, perteneciente a la misma línea y que cubría el recorrido Atocha-Puente de Vallecas. En ese año se prolongaron los andenes y se realizaron nuevos vestíbulos. Todos los sábados os podéis apuntar a las visitas guiadas al vestíbulo de Pacífico, que respeta la decoración de los años 20. Aunque no haya que pagar por la actividad, sí hay que realizar una inscripción por correo electrónico: [email protected].
Recorrido por una ciudad subterránea. Toledo
Si podéis disfrutar de un día del fin de semana en la ciudad imperial os proponemos realizar la famosa ruta subterránea. Comienza a las 17:00 y dura dos horas. Actualmente se pueden visitar seis subterráneos (el séptimo está en restauración). El trayecto es de dos horas (o de 90 minutos). La visita es interesante: Baños árabes de Caballel, Pozo de El Salvador, Termas romanas, Casa del Judío, subterráneo en la calle Sixto Ramón Parro y subterráneo en el barrio de la judería. Éste último es precisamente el punto de partida. Las reservas para este apasionante recorrido por debajo de los monumentos hay que hacerlas con antelación, bien en rutasdetoledo.es o en el teléfono 630 70 93 38.
Búnker del Parque de El Capricho. Madrid
Desde el pasado 26 de abril se han reanudado las visitas, guiadas y gratuitas, al Búnker del General Miaja este bello y cuidadísimo parque, en el madrileño barrio de Alameda de Osuna. Hay que apuntarse con tiempo (reservaspatrimonio.es) ya que las entradas se agotan rápidamente (grupos de solo unas 20 personas). Este espacio verde alberga tres bellísimos jardines, un estanque y un laberinto verde, pero el búnker es uno de sus mayores atractivos. En él se puede una parte de nuestra historia. Y a los peques les entusiasma sumergirse en un espacio subterráneo. Fue construido en 1937.
Una mina de carbón en el corazón de la capital. Madrid
Bajo el patio de la Escuela Superior de Ingenieros de Minas de Madrid, en el barrio de Chamberí, hay una mina de carbón que se puede visitar los primeros domingos de mes. Aunque es una auténtica mina, nunca se extrajo el mineral de ella, ya que la idea era crear un espacio muy real para las prácticas de los alumnos. Está a 12 metros de profundidad y se accede a ella bajando 75 escalones. En la visita se recorren 50 metros en los que se pueden ver vagonetas de la época, taladros hidráulicos, vías y raíles de acero, paredes y todo tipo de herramientas. Tras el recorrido -con guía-, de media hora, se puede visitar el mercadillo de minerales del museo.