Lo primero que se me pasó por la cabeza es que la habían cancelado de la noche a la mañana. Por suerte, se había tratado de una mala información y la temporada, en realidad, se había planificado desde el principio para tener esa duración de 16 episodios y, lejos de ser cancelada, ya ha sido renovada para una tercera temporada.
Y no es para menos. Los 100 es, para mi, una de las mejores series de ficción que se pueden disfrutar ahora mismo en televisión. Tramas interesantes, personajes bien desarrollados y que evolucionan (que maravilla la progresión de personajes como el de Octavia) de forma asombrosa además de estar correctamente interpretados.
En la entrada en la que analizaba la primera temporada ya os mencionaba algunas de las virtudes de la serie. En esta segunda temporada, lejos de estancarse, la serie ha sabido evolucionar, incluir nuevas historias, nuevos personajes y nuevos escenarios sin que el global se resienta. Los interiores de El Arca, ya en tierra firme, se han sustituído por las instalaciones del complejo del Monte Weather y los supervivientes a la hecatombe nuclear que arrasó el planeta. Se mantiene la tónica en la que la vertiente más aventurera de la trama se desarrolla en los exteriores aunque la línea que separaba las dos caras de la historia es cada vez más fina y pasarán muchas cosas dentro de ese complejo.
La serie sigue teniendo por bandera dos peculiaridades que son las que, a mi entender, la hacen de lo más interesante. La primera es que sigue sin casarse con nadie y los guionistas no tienen miramientos en cargarse personajes por muy protagonistas que sean. No vale la pena encariñarse con nadie porque puede ser que muera en el siguiente episodio, lo cual hace que la serie cuente siempre con el elemento sorpresa de su parte. La segunda es que no se preocupa de ser políticamente correcta y los personajes, sean del bando que sean, toman constantemente decisiones que, muchas veces, son más que cuestionables ética y moralmente, lo que acentúa aún más ese factor sorpresa ya que nunca sabemos a ciencia cierta cómo van a reaccionar los personajes.
Además, ahora la historia abarca un abanico mucho más amplio de situaciones pues ya no se limita a las historias de El Arca y de los 100, ahora tenemos varios grupos desperdigados cada uno por su lado y con su propia trama argumental, al más puro estilo de Perdidos, serie de referencia en todo momento.
En resumen, una serie que (una vez más) os recomiendo ver porque está llena de cosas buenas. Me sorprende que no haya tenido más publicidad y repercusión en nuestro país (supongo que será tema de la cadena que la ha comprado), por delante de otros productos mediocres que se empeñan en meternos por los ojos.
Por mi parte, tras ese interesantisimo final, menos intenso pero más intrigante que el de la temporada pasada, empiezo a contar los días que faltan para volver a encontrarme con Clarcke, Bellamy, Octavia, Thelonius, Lexa y compañía.
Se me va a hacer muuuuy largo.