Uno de estos casos que producen esta sensación es el del artista Charles Pétillon y su primera instalación artística fuera de Francia. Pétillon ha creado una instalación titulada "Beating Heart" en Covent Garden llenando el interior de este edificio del siglo XIX ubicado en Londres con 100.000 globos blancos gigantes.
Parece que sea algo que no tiene sentido, que parece un "hacer por hacer" en toda regla. Nada más lejos de la realidad. Según el artista, éste ha querido transmitir con esta obra que esta invasión de globos son "metáforas". "Su función es cambiar la manera en la que vemos las cosas rutinarias del día, aquellas cosas que pasan desapercibidas por nuestros ojos." Según Pétillon, esta instalación pretende crear otra visión del Edificio del Mercado como si fuera el corazón de este área de la ciudad, conectando su pasado con el presente y permitir, de esta forma, que el visitante re-examine su rol en el corazón de la vida de Londres." La idea, en definitiva, reside en que cada globo forme parte de una composición gigante pero frágil que cree una especie de nube sobre la energía que transcurre por la parte baja del mercado.
La instalación, que ocupa 54 metros de longitud y 12 metros de anchura incorpora además, una iluminación sutil que simboliza el latido del corazón y el reflejo de la historia, la energía y el dinamismo de este distrito. Sin duda, una ejemplo increíble de cómo una idea puede cambiar la perspectiva de la realidad.
[Caso visto aquí]
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