La Mona Lisa o también conocida como La Gioconda, tiene que ser el cuadro más famoso del mundo, no solo por los muchos misterios que están en la pintura en sí, sino también por la historia que hay detrás de ella y por ser su artista una persona destacable por los múltiples aportes en distintas disciplinas. Pintado por Leonardo Da Vinci con la técnica de óleo sobre tabla, entre 1503 y 1519, se dice que La Mona Lisa es un retrato de quien fue la esposa de Francesco Bartolomeo del Giocondo, Lisa Gherardini, mandado a pintar por él mismo.
Pero… ¿Es realmente este retrato de Lisa Gherardini?
Este es uno de los misterios del retrato y son bastantes los que se han planeado esta pregunta, pero algunos pocos los que se han puesto a indagar para obtener una respuesta, y aunque todo es incierto, pues es algo que solo el mismo Da Vinci podría confirmar o negar, una de las teorías que más ha tenido peso es, que el retrato está inspirado en una mujer y un hombre, ciertamente la mujer sería Lisa Gherandini, pero el hombre cuyos rasgos se especulan también están en el cuadro, serían del discípulo del autor de la obra, Gian Giacomo Caprotti, llamado también como El Salai.
Fragmento de la obra San Juan Bautista
Esta teoría tiene que ver en principio con el parecido del retrato, al cuadro de San Juan Bautista, un cuadro pintado por Leonardo, donde tomó como modelo a El Salai, igualmente, las bases de la misma tomaron mayor fuerza gracias a una investigación publicada por el Comité Nacional Italiano para la valoración de Bienes Históricos, encontrando sorprendentemente que, en las pupilas de la Mona Lisa, existían dos iniciales, una ‘L’ y una ‘S’, estas corresponderían respectivamente a la mujer y el hombre ya mencionados.
Además de todo, se decía que El Salai era el amante de su maestro, quien permaneció junto a él desde que tenía 16 años de edad, hasta 25 años después, siendo esta otra de los argumentos para dudar de la identidad del tan famoso retrato.
La sonrisa de la Mona Lisa
El efecto que produce esta pintura es confuso, pero al mismo tiempo asombroso. Es la sonrisa de Lisa uno de los misterios más relevantes del cuadro, su juego de sombras, los tonos de la pintura y una forma brillante de llevar a cabo el retrato, hace que al fijar la mirada en su sonrisa, la misma desaparezca, pero al mirar en otros puntos del cuadro la hace reaparecer.
Este efecto se produce gracias a que el ojo humano envía distintas señales al cerebro, de forma mezclada, y la interpretación de esta varía según como las células en la retina del ojo capte la imagen frente a estos, así se ha explicado en un trabajo presentado en la Sociedad Americana de Neurociencia.
Cada año el museo de Louvres recibe aproximadamente 8 millones de visitas, siendo su atracción principal el cuadro de La Mona Lisa
Así mismo, otros estudios han hecho el intento por develar cual es el estado de ánimo que expresa esta figura, pues su expresión es bastante difícil de leer. La Universidad de Ámsterdam realizo un estudio de la sonrisa de la mona lisa, determinando por un programa informático que evalúa las emociones de un rostro, diseñado por la Universidad de Illinois, que su imagen expresa un 83% felicidad, 9% disgusto, 6% miedo y 2% enojo. De todas formas, otras personas interpretan la expresión de Lisa como algo serena, picara y hasta algo malévola, así que todo dependerá de los ojos que la miren.
¿No tiene cejas? ¿Y sus pestañas?
La falta de vello facial en el área de los ojos y las cejas, también ha sido un gran misterio para muchos, y han surgido varias versiones del porque la ausencia de esto. Primero se ha señalado que las restauraciones hechas en el pasado, serían las responsables de eliminar los delicados trazos de las cejas y las pestañas del cuadro.
También se ha dicho que la modelo de esta obra en realidad no tenía cejas, pues para la época en que esta vivió, el afeitarse las cejas era una forma de realzar la belleza, pero aun esta la duda del porque le faltan las pestañas, es así como otras versiones afirman que Leonardo no termino realmente la obra o incluso que la dejo así a propósito, para hacer más ambigua la expresión de su cara.
Como vemos, no por nada esta obra ha sido robada en múltiples ocasiones, ya que gracias a todos estos misterios, aspecto y su historia es considerada una obra de arte invaluable, sin embargo se ha estimado que en caso de ser vendida, su pago podría estar entre 1.000 a 5.000 millones de dólares y al conocer 3 de sus misterios más famosos, sabiendo que existen muchos más, se podría entender porque a Leonardo Da Vinci le costó tanto tiempo pintarla.