Las inusuales y tremendas tormentas de las costas irlandesas a finales de septiembre de 1588 y sobre todo la gran galerna del 21 de septiembre provocaron los naufragios de varios barcos españoles en la costa oeste de Irlanda. Muchos de sus supervivientes acabarán presos en la cárcel de Galway.
No fue así para los 50 primeros españoles que ingresaron en dicha cárcel. Los 50 soldados del Nuestra Señora de Begoña no naufragaron en la costa, sino que fueron desde el barco a Galway en un bote para negociar la compra de provisiones. Fueron detenidos por las tropas inglesas y llevados a dicha cárcel donde luego se unirán el resto de desdichados marinos.
El Gran Grin en la Isla de Clare, nave almiranta de la Escuadra de Vizcaya y con 329 hombres a bordo, naufraga el 22 de septiembre de 1588 en la Isla de Clare. Su capitán, Don Pedro de Mendoza, pudo poner a salvo a unos 100 tripulantes que tuvieron que luchar de nuevo por su vida a su llegada a la costa ya que fueron atacados por el clan O´Malley para el robo de sus pertenencias. De estos 100 supervivientes fallecieron otros 64, incluidos el capitán D.Pedro de Mendoza.
De los 36 supervivientes al naufragio y al saqueo, 34 de ellos fueron entregados a las autoridades inglesas y son parte de los más de 300 asesinados en Galway. Sabemos algunos de sus nombres: Gaspar de los Reyes, Diego Mieres y Alonso Valiente (dos de ellos, Luis de Córdoba y su sobrino fueron liberados tras pagar un rescate económico).
Otro barco, la urca Santa Bárbara, naufraga en Mace Head con 92 hombres a bordo cuyos supervivientes son entregados por el jefe local Tadagh na Buile O´Flaherty a las autoridades inglesas. De ellos conocemos el nombre de uno de sus capitanes, Bartolomé Bravo, que será también ejecutado en Galway.
La Rata Santa María Encoronada con 448 hombres naufraga en Tullaham Bay. Al menos 13 de los supervivientes, entre ellos el maestre Giovanni Avauncie se sabe que estaban en la cárcel de Galway a la espera de ser ejecutados.
El Falcón Blanco Mediano, con 90 hombres, naufragó en la pequeña isla de Freaghhillaum South. Comandada por Pedro de Arechaga, todos los supervivientes, incluido él, fueron asesinados en Galway.
De los 69 supervivientes de los 294 hombres del San Nicolás Prodanelic naufragados en la Península de Curran o en Ross Port, sabemos que 60 fueron asesinados en el mismo lugar del naufragio y que 9 de ellos fueron ejecutados en Galway, entre ellos un capitán destinado a esa nave de nombre Gabriel de Zuazo.
Sabemos también de una nave española de nombre desconocido que naufragó en Carna. Sus supervivientes fueron conducidos a Ard Castle para posteriormente ser conducidos a la cárcel de Galway para correr el mismo fin que sus compañeros, desconociéndose más datos.
Bastante más al sur, en Doombeg, naufraga el San Marcos con 409 tripulantes de los que sobreviven al naufragio 60. Todos ellos fueron ejecutados por Boethius Clancy en Spanish Point, con la excepción de su capitán Francisco María Centeno, que fue llevado preso a Galway para ser luego ejecutado.
Por las noticias de Beltrán de Salto, superviviente de aquella epopeya, sabemos además de otros nombres de los ajusticiados en Galway como Pedro de Mendoza, Diego de Sarmiento, Alonso Ladrón de Guevara, Gaspar de los Reyes y uno llamado por él simplemente capitán Palomino.
La cárcel de Galway tendría a principio de octubre de 1588 entre 300 y 400 presos hacinados, muchos de ellos enfermos. FitzWilliam, que contaba con muy pocos efectivos para el control y vigilancia de esta cárcel y ante el temor de una posible sublevación, ordenó despojar de cualquier objeto de valor a los prisioneros para posteriormente ser ejecutados bien pasados por la horca o a cuchillo.
Los más de 300 presos salieron de la cárcel de Galway el 9 de octubre de 1588 y fueron paseados por las calles de Galway hasta el abandonado monasterio de los agustinianos, a las afueras de la ciudad, donde fueron ejecutados sin contemplaciones.
El pueblo de Galway, aunque inclinados a apoyar mayoritariamente a los ingleses, quedaron conmovidos por esta matanza y fueron los hombres de Galway los que se encargaron de darles una digna sepultura, a la vez que sus mujeres confeccionaban los sudarios con los que envolver sus cadáveres.
Hoy en día, y ya derribado el convento, sabemos muy aproximadamente donde están enterrados los cuerpos, ya que el camposanto de el Monasterio de San Agustín ha seguido en uso desde el siglo XVI hasta nuestros días.
Si quieres visitar la zona de la fosa común, el cementerio de Forthill está a un corto paseo del centro de la ciudad de Galway. En el muro de entrada, a la izquierda, una placa donada por la Fundación Mapfre se hace eco de estos hechos.
La fosa, indicada por otra placa, se encuentra en el lado izquierdo del muro opuesto al de la entrada. El cuidador del cementerio, un señor amable y atento podrá indicarte, no obstante, el sitio exacto.
Desde armadainvencible.org, que realizó su pequeño homenaje llevando unas flores al lugar permanecen estos españoles olvidados en agosto de 2017, queremos no obstante seguir rindiendo homenaje a estas víctimas y repetimos sus nombres a continuación.