El control de accesos y presencia es un dispositivo que se utiliza cada vez más en empresas, comunidades de vecinos y cualquier tipo de recinto que precise restringir la entrada y la salida de personas. Fundamentalmente hay que dar de alta a los usuarios en el software del dispositivo: bien con su huella dactilar, con una tarjeta de acceso, un código, etc. De esta forma solo las personas autorizadas podrán entrar o salir del espacio en cuestión.
Dependiendo del lugar en el que se vaya a colocar el control de accesos y presencia y del número de usuario que tendrán que utilizarlo se puede optar por diferentes tipos. A grandes rasgos, veamos cuáles son las opciones:
- Control de accesos por huella dactilar: se dan de alta las huellas de los usuarios, que solo tendrán que posar el dedo sobre el lector del dispositivo para entrar al lugar. Es un método muy rápido y eficaz. Según el dispositivo, pueden llegar a registrarse hasta 5000 huellas, por ejemplo es el caso del Anviz T5.
- Control de accesos por tarjeta de proximidad: en este caso el usuario tiene una tarjeta codificada que debe pasar por el lector. Según el dispositivo se pueden registrar desde 500 tarjetas hasta 30.000. El lado ‘malo’ de este tipo de sistema es que la tarjeta se puede perder o dejar a otra persona, por eso suele combinarse con otros métodos. Por ejemplo: tarjeta+huella, tarjeta+código, etc.
- Control de accesos por teclado: para acceder al recinto hay que marcar un código establecido.
- Control de accesos por reconocimiento facial: este tipo de control suele utilizarse en lugares en los que las exigencias de seguridad son máximas. Pueden funcionar con el reconocimiento de los rasgos faciales, del iris, etc.
Como comentábamos anteriormente, muchos terminales permiten combinar varias opciones de registro, aumentando más aún su seguridad.
Los datos de todos los terminales se pueden exportar desde el software a un ordenador, de forma que pueden visualizarse y analizarse mucho mejor todos los datos:
- Entradas y salidas.
- Horas extra.
- Ausencias por visita médica u otro asunto.
La instalación de los terminales es bastante sencilla, así como el proceso de dar de alta a los usuarios. También lo es transferir los datos que recoge diariamente el dispositivo al ordenador. Esta funcionalidad es especialmente útil para las empresas, ya que del análisis de esos datos pueden extraer conclusiones y mejorar algunos aspectos.
Por ejemplo:
- Variar o flexibilizar el horario de entrada y salida de los empleados.
- Conocer el tiempo que se tarda en realizar una tarea.
- Organizar mejor los horarios y turnos de trabajo.
- Controlar el absentismo laboral.
- Controlar de manera automática las horas extra, vacaciones, etc.
En definitiva, todo son ventajas, más organización y una medida de seguridad adicional para la empresa. ¡Seguro que el departamento de recursos humanos lo agradecerá!