El verano es largo y no puedes desaparecer de Madrid e irte de vacaciones hasta septiembre. Pues no te preocupes, porque en esta ciudad tan divertida existen muchas alternativas para tomarse algo fresquito y pasar el trago lo mejor posible. Hoy te traemos una opción más que apetecible para sobrellevar el calor madrileño: los 5 bares más refrescantes de Malasaña.
Seguro que has pasado por la puerta sin darte cuenta. La Pródiga es un rincón argentino entre las estaciones de metro de Tribunal y Noviciado en el que darte un homenaje carnívoro. La cocina es casera y, si eres fan de las empanadas, estás de suerte. Las tienes de verduras con queso y de carne.
El local es acogedor (hay hilo musical) y está bien decorado, aunque vayamos a lo importante: tiene una buena carta de vinos, copas y cócteles que te ayudarán a bajar la carne y refrescarán esa tarde veraniega después del trabajo.
El Cazador es un sitio original que debes visitar. Hay quien lo define como retro-castizo. Está decorado con arte contemporáneo mezclado con lo más tradicional: escenas de caza. Lo puedes encontrar en la calle Pozas, a un plis del metro de Noviciado.
Aunque sirve tapas y brunch durante el fin de semana, aquí se viene a beber. Un café tranquilo a media mañana, una cañas fresquitas antes de comer y copazos (con hielo, por favor) cuando te lo pida el cuerpo. La música permite charlar hasta las 12, cuando empieza lo bueno.
Pim Pam Madrid
Si nos ponemos puristas, Pim Pam Madrid no está en el barrio de Malaña, pero lo encuentras a dos pasos del metro de San Bernardo y por eso te animamos a que le eches un ojo. Es un rincón desenfadado, de aire industrial, con varios ambientes: de mesas altas, bajas y terraza. Sí, te-rra-za.
Sábados y domingos a medio día tiene zona infantil en la que aparcar a los peques y dedicarte a lo que has venido: beber algo refrescante o probar alguno de sus platos. Tienes hamburguesas, tacos, huevos rotos, ensaladitas... Date un voltio y juzga.
Los Grifos. Con un nombre así, solo puedes pensar en el sonido de un chorro de cerveza fresquita llenando una caña. O una doble. O una jarra. Has pensado bien, porque en este local te sirves tu cerveza tu solito. Así funciona y es divertido. Abierto de martes a domingo en la misma calle Malasaña.
Cuenta con una carta de once jugosas cervezas artesanales y un generoso catálogo de tercios que te quitarán el calor. Si te entra el gusanillo, puedes pedir una hamburguesa o una tabla de quesos y embutidos. Atención: tiene croquetas. Repetimos: croquetas. Y son artesanales. Por cierto, si llevas a alguien que no es de cerveza, puede pedir un vino, un copazo o un cóctel.
Si te apetece una americanada por Malasaña, déjate caer por Green Club. Está a un suspiro del metro San Bernardo, tiene dos alturas y un ambiente vintage en barras largas donde acodarte con chulería (o estilo) para tomar algo. Si te apetece sentarte, tiene terraza.
La carta es lo que esperas: perritos, hamburguesas, costillares y otros platos ligeritos del otro lado del Atlántico pero elaborados con productos españoles. Para refrescarse: una divertida carta de batidos ( , que dicen los anglófilos), cervezas (tiene sin gluten) y copazos cuando proceda.
¿Lo mejor de estos cinco bares? Que si eres un hijo del verano, puedes reservar cualquiera de ellos para celebrar tu cumpleaños. O si estás con el subidón vacacional, organizar un sarao. Echa un vistazo en Privatesear , reserva gratis y nos cuentas en los comentarios qué tal fue el asunto.