Como os he comentado recientemente, después de 4 largos años lidiando con un Retraso Global del Desarrollo, mi hijo ha sido diagnosticado de TEA hace tan solo unos meses. A pesar de esta tardanza, este trastorno ha estado rondando durante todo este tiempo, por lo que el diagnóstico no nos ha pillado por sorpresa. Mi formación me ha permitido conocer qué es el autismo, y mi experiencia me reafirma la idea de que, evidentemente, es un trastorno complejo que se necesita abordar a partir de una perspectiva multidisciplinar (porque afecta a diferentes áreas del desarrollo a la vez).
Os podéis imaginar que, una vez metidos de lleno en el mundo de las Necesidades Educativas Especiales, hemos descubierto que la idea que prevalece en la sociedad sobre el TEA está inmensamente plagada de muchos mitos. Mitos que necesitamos destruir, porque dificultan la verdadera inclusión de las personas que sufren esta condición. Y por ello estoy escribiendo este post; para aportar mi granito de arena, como profesional y como mamá de un niño TEA, y trabajar por conseguir la mayor inclusión posible.
Y con esta intención os cuento 5 de los muchos mitos que, durante todo este tiempo, he escuchado de boca de la sociedad.
Pero, antes que nada, permíteme que te recomiende mi entrada «¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista (TEA)?», por si aún andas un poco perdid@ sobre este trastorno y necesitas saber de qué se trata.
5 mitos del TEA que necesitan ser derribados
1-El TEA es una enfermedad
Sin duda, este mito es uno de los más habituales. Lo cierto es que tendemos a llamar enfermedad a todo lo que sobresale del modelo neurotípico.
Enfermedad es aquella afectación que se puede curar, o que se puede tratar.
La diferencia está en que el TEA no tiene cura, por lo que no es una enfermedad. Es un TRASTORNO.
Un TRASTORNO implica una manera diferente de funcionar, no siendo esta mejor ni peor. Simplemente diferente. No hay medicamentos para ello (ojo, sí los hay para paliar algunas características derivadas del TEA, aunque no para curar el TEA en si).
Así que: Una persona con TEA no es una persona enferma. Es una persona con un trastorno. (Lo que no es lo mismo que una persona trastornada).
2-Las personas TEA no muestran habilidades sociales
Las personas TEA SÍ muestran habilidades sociales, aunque no lo hacen con cualquiera. Las muestran en su círculo más próximo, con papá y/o mamá, o quizás con otros familiares muy directos que están muy presentes en su día a día.
Es cierto que las personas con TEA poseen dificultades para socializar en gran grupo, pero pueden hacerlo en pequeño grupo de manera funcional, en función del grado TEA que posean y de lo trabajada que esté el área social.
Las personas TEA también pueden mostrar afecto, dejar que les toquen e incluso tocar ellas, siempre a personas muy cercanas que pertenecen a su círculo social más próximo.
3-Todas las personas TEA tienen discapacidad intelectual
El TEA se considera un trastorno de alto espectro, lo que quiere decir que, dentro de esta denominación, existen muchas características. De esta manera, hay personas diagnosticadas de autismo que poseen discapacidad intelectual, hay otras que poseen una inteligencia media, como las hay que presentan altas capacidades (AACC).
Así, el TEA no implica siempre discapacidad intelectual, como no implica necesariamente AACC. Hay de todo, como en la viña del Señor.
4-Las personas TEA necesitan escolarizarse en un centro de educación especial
Como hemos visto, no todas las personas TEA poseen las mismas características y el mismo grado de trastorno, por lo que no todas las personas deben ir a un colegio de educación especial. Es el neurólogo el que determinará qué tipo de escolarización necesita el niño u niña.
El plan de inclusión actual dota a los centros educativos ordinarios de recursos para poder incluir e integrar alumnos de Necesidades Educativas Especiales en sus aulas, con grupos especialmente creados para diferentes tipos de trastornos (como las aulas CIL para TEA) e incluso en grupos ordinarios con alumnos normotípicos.
5-El TEA es un invento nuevo, antes no existía
El TEA ha existido desde siempre, aunque es en esta década cuando el número de diagnósticos ha crecido. Esto no quiere decir que anteriormente no existiera. Este aumento de casos se debe a que, actualmente, existe una mayor evidencia científica, que permite saber más sobre este trastorno y diagnosticarlo con más rigor y precisión. En estos últimos años se han creado pruebas que anteriormente no existían, así como cursos de formación para personal sanitario y educativo que permiten detectar muchos más casos que antaño. Prueba de ello es la enorme cantidad de diagnósticos TEA que se están realizando en personas adultas.
Así que sí, el TEA ha existido desde siempre, aunque antes no se diagnosticara.
Estos 5 mitos suponen obstáculos reales a la conciliación, por lo que necesitamos derribarlos cuanto antes. ¡No vuelvas a caer en ellos, y sobre todo, no actúes como altavoz!