Los 6 fundamentos originales del metodo pilates

LOS 6 FUNDAMENTOS ORIGINALES DEL METODO PILATES

El método PILATES cuenta con 6 principios básicos para poder comprender y practicar de mejor forma los ejercicios del método, para así poder obtener la mayor eficacia de los ejercicios.

Concentración. Para nuestra mente es imposible dividirse del cuerpo y se requiere de una amplia concentración para coordinar y controlar a ambos.

Control. El control depende en gran parte de la concentración y nos permite que cada movimiento que realicemos se haga de forma correcta, el no tener control puede conllevar lesiones, mientras que si tenemos un buen control se desarrollara una buena coordinación y agilidad en nuestro cuerpo.

Precisión. Un derivado directo del control. Tras diversos ensayos y estudios, se desarrollaron los ejercicios del método PILATES para ser efectivos y lograr obtener un buen rendimiento muscular. Es muy importante ser precisos al seguir las instrucciones de los ejercicios para poder aprovechar al 100% los beneficios de cada uno de ellos. En el método PILATES se tiene más en cuenta la calidad que la cantidad de ejercicios que se realizan.

Fluidez. Los movimientos realizados durante los ejercicios no deben ser ni muy rápidos ni muy lentos. Cada ejercicio tiene su propio ritmo que surgirá de un buen control corporal y de una buena coordi­nación. A mayor fluidez en los movimientos, mayor bienestar se obtendrá.

Respiración. La respiración es la encargada de dirigir la coordinación todos los movimientos. Pilates estudió diferentes técnicas de control de la respi­ración para desarrollar sus pulmones al máximo. En cada ejercicio se tendrá un diferente control de la respiración, que al principio no se atenderá de forma prioritaria pero luego, con la práctica, con un mejor control ayudara a realizar cada ejercicio del método PILATES más fluidamente.

Centro. Todos los ejercicios del método PILATES se  inician, ejecutan y sostienen desde el centro de energía y gravedad del cuerpo, llamado «casa del poder». Se ubica bajo el ombligo, lo que las técnicas orientales conocen como el «mar de energía».