Revista Maternidad

Los abuelos malcrían

Por Gabriel Benítez @BrazosMi
Los abuelos malcrían
Sí, esto es así y siempre ha sido de esta forma. Los abuelos malcrían y consienten. Siempre se ha oído que los padres están para educar y los abuelos para malcriar. Esto no quiere decir que lo hagan con mala intención ni que permitan que el niño haga cosas malas, no se trata de eso. Explicado de otro modo, vendría a ser como que tienen cierta complicidad con los abuelos que no tienen con los padres.
Por cuestiones laborales, nos estamos viendo “obligados” a dejar al niño con sus abuelos durante períodos de tiempo más largos, como pueden ser parte de las mañanas o tardes enteras. 

¿Para qué está la guardería? 

Estuvimos llevando al polluelo durante varios meses, pero, por recomendación del pediatra, dejamos de hacerlo. Las bronquitis eran constantes y no solía ir más de tres días seguidos debido a esto. De hecho, al dejar de llevarlo, fuimos a recoger sus cosas, tales como pañales, toallitas, una muda de ropa para alguna emergencia... y para nuestra sorpresa, contamos que sólo faltaban poco más de diez pañales, es decir, en unos cuatro meses, había asistido sobre diez días.
Desde entonces, intentamos seguir desde casa impartiendo el mismo material lectivo que seguía en la guardería. La mejora en cuanto a bronquitis ha sido brutal. Ya lleva dos meses sin recaer.

Entonces, ¿qué hay de los abuelos?

Después de este pequeño inciso que trataré en futuros posts, sigo con los abuelos.
Los abuelos de mi niño son encantadores, aunque malcríen a veces. Son permisivos en aspectos que no los fueron siendo padres, pero es de entender. El carácter cambia (a menudo, para mejor), puesto que son más pacientes y tienen menos obligaciones. Esto hace que tengan una actitud más desenfadada, más afable. Dejan de hacer tareas que tengan pendientes para dedicar tiempo a su nieto...

¿Cómo malcrían?

Desde la experiencia vivida por los abuelos del polluelo, todo se basa en pequeñas cosas. A lo mejor, ve la televisión un poco más de tiempo de lo que le dejaríamos nosotros, o picotea alimentos que no debería, como galletas (de las sanas, eh) o frutas desecadas.
Otro ejemplo sería que pasa en brazos más tiempo de lo estrictamente necesario, algo que nos pide después a nosotros. También, que lo atienden a la primera muestra de berrinche, consiguiendo el niño lo que quiere fácilmente.

Como conclusión...

Sinceramente, es maravillosa la ayuda recibida por parte de los abuelos. El niño está encantado con sus abuelos y nosotros también, al igual que ellos cuando tienen que hacer de niñeros.
Por otro lado, llevando al niño a la guardería, conocí a algunos abuelos que se encargaban de llevar a sus nietos al centro. Así mismo, jugando en el parque con mi niño, también veía como otros abuelos paseaban y se divertían con sus nietos. Y es que, obviando el exceso de mimo y de consentimiento, ¡la labor de los abuelos es encomiable!
Y los abuelos de tus hijos, ¿cómo son?

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