Los Acuerdos de Oslo han sido uno de los grandes fiascos de la política exterior y de la diplomacia mundial del siglo XX
Dichos acuerdos pretendían elevar a la categoría de “interlocutor válido” al terrorista Arafat que jamas tuvo la intención de buscar una coexistencia con el estado de Israel.
“El pueblo palestino aceptó los Acuerdos de Oslo como un primer paso y no como algo permanente, basados en la premisa de que la guerra y la lucha en la patria es más eficiente que una lucha desde tierras lejanas… Sin los Acuerdos de Oslo… nosotros no hubiésemos sido capaces de crear esta gran Intifada palestina… Nosotros no hemos renunciado a las [ciudades israelíes de] Jerusalén y Haifa, Jaffa, Lod, Ramle y Tel Aviv… El estado palestino es una etapa después del cual vendrá otra etapa y ese es el estado democrático en toda Palestina (es decir, reemplazar a Israel)… Si yo digo que deseo borrar [a Israel] del mapa, esto será grandioso… No se le puede decir al mundo. Uno puede decírselo solo a sí mismo”.
Itamar Marcus nos deja un excelente artículo sobre dichos acuerdos publicado en la página amiga Hatshed Hashemi que no deben dejar de leer en este enlace