Aunque se habían producido avances, la guerra entre los gatos y los sofás continúa y de hecho amenaza con recrudecerse. La esperanza de una solución pacífica se quebró ayer de madrugada, cuando la gata Pitusina, de Barcelona, atacó al sofá Landskrona de su domicilio, que amaneció con arañazos en sus reposabrazos, en los laterales y …