Luego de terminadas las vacaciones de verano y ya dado el inicio de clases de los colegios, por fin recupero mi tiempo para dedicarlo a lo que me apasiona, mis libros.
Esta novela llegó a mis manos de manera casual, durante un viaje nocturno a Miami. Mi compañero de asiento resultó ser también un bibliófilo y tenía en sus manos esta libro. Yo terminaba de leer MARLENE de Florencia Bonelli, y me propuso intercambiar libros, para así ambos llegar a destino con un libro nuevo que leer. Lo dudé en un principio, pero me pareció anecdótico, así que acepté el trueque, del cual no me arrepentí. La reseña que aparece en la contracarátula de la novela es como sigue;
David Braun, ex policía e investigador estrella de una exclusiva compañía de seguros, es solicitado para prestar sus servicios en una casa londinense donde se ha producido un robo. Cuando Braun inspecciona la escena del crimen, comprende que hay algo verdaderamente extraño en este caso: los ladrones están muertos, parece que se han asesinado mutuamente, y lo que es más desconcertante: todo indica que no han robado nada. No obstante, Braun enseguida deduce la participación de un tercer hombre en el robo. Un hombre que abandonó la escena del crimen con una habilidad inusual.
Mandala Tibetano
Tras entrevistar al propietario de la casa, Braun sólo consigue tener más dudas pero aclara el punto crucial: En efecto, han robado algo. Un valiosísimo y complejo mandala tibetano de platino ha desaparecido. Un mandala que según una antigua creencia china, contiene el secreto de la eterna juventud, y la cura a todos los males, además de poderes sobrenaturales.
Es un objeto irremplazable y la compañía aseguradora no puede hacer frente a tal reembolso. David tiene que encontrar el objeto, no sólo para salvar su cuello, sino para satisfacer al propietario, el misterioso Mr Dass, que prefiere ocultar la existencia de dicho objeto.
Al otro extremo de Londres, la académica Susan Milton, especialista en antigüedades exóticas de la London School of Antiquities, está examinado un juego de papeles que le procuró la amante de un excéntrico propietario que los encontró un día en su piso.
Cuando David llama a Susan para que ésta le ayude a encontrar el mandala, enseguida se pone de manifiesto que los dos casos están relacionados. Cuando comienzan a trabajar juntos en el caso, no tienen ni idea de que su investigación va a poner en peligro sus vidas. David y Susan aprenden a trabajar juntos y las piezas del rompecabezas empiezan a colocarse en su lugar, pero cuanto más saben, menos creen. Atrapados entre enemigos poderosos y ser perseguidos por un asesino a la que policía no puede parar, su única esperanza es ir un paso por delante. Ellos saben lo suficiente como para estar en el peor peligro de sus vidas. ¿Pero sera suficiente para salvarse?
Comentario adicional.- Esta novela me gustó. Te atrapa desde el inicio por el manejo de la intriga que hace el autor, muy al estilo de El Código Da Vinci. El perfil de los protagonistas, aparentemente antagónico, poco a poco se va hilbanando en un manojo de habilidades conjuntas que se complementan perfectamente. David es un investigador de fraudes de una compañia de seguros, y Susan es una destacada estudiosa de antigüedades, apasionada por la investigación. Durante el relato, vas descubriendo todos los elementos de la intriga, y de alguna manera, logras identificarte con el denodado esfuerzo de ambos por deducir y aclarar el misterio. Este es el tipo de libro que más disfruto, en donde los protagonistas no escatiman hasta dar con la verdad.
Post-comentario.- regresando a Lima, volví a comprar Marlene en la Feria del Libro. No podía sacrificarla de mi biblioteca.