Desde que leí, hace unos días, que un estudio de la Universidad de Stanford desvelaba que los “adolescentes no suelen evaluar la veracidad de lo que leen en internet” llevo con ganas de escribir este post.
Porque… vamos a dejarnos de medias tintas, en el mundo en el que vivimos, ¿quién narices es capaz de distinguir una noticia falsa de una verdadera? Es IMPOSIBLE. Generamos noticias absurdas a un ritmo tan incontrolable que es imposible diferenciar a las verdaderas de las falsas. Media humanidad está loca, y la otra media se dedica a imaginar qué haría si lo estuviera. Elige en que grupo estás.
Y ahora te invito a jugar. De todos estos titulares, ¿eres capaz de distinguir cuáles son de verdad, y cuáles de pega? Empieza la prueba:
- Un diputado en Brasil sugiere que los pobres coman cada dos días.
- Un juez de Murcia crea una aplicación que calcula penas.
- Unos padres de Murcia descubren que su hijo está apadrinado por una familia noruega.
- Niegan un préstamo a un hombre sin brazos por no tener huellas dactilares.
- Precintan una panadería Granier en Madrid tras detectar ratas en el escaparate.
- Los que ofrecían abrazos gratis empiezan a cobrarlos tras finalizar el periodo de prueba.
- Crean un spray antivoluntarios de ONG.
- Un ataque informático provoca que cajeros expulsen billetes sin control.
¿TE ATREVES?