«Años cincuenta, Irlanda rural. Un tipo solitario se encuentra con un coche misteriosamente vacío en medio de un campo. Sabe que no debe acercarse, pero es incapaz de evitarlo y pronto se ve envuelto en un inquietante caso de desaparición: un hombre asegura que su esposa podría haberse arrojado al mar.»
Interesado como lector en el género negro de clásicos como Georges Simenon o Ross MacDonald, John Banville no tenía pensado probar suerte con él hasta que se encontró con el esqueleto de un guion que no fue aprobado para convertirse en película y decidió intentar darle forma de novela. Así, por azar, nació El secreto de Christine, la primera entrega protagonizada por el patólogo forense Quirke y ambientada en el Dublín de los años 1950, firmada con el seudónimo Benjamin Black. El autor ha comentado en múltiples ocasiones la diversión que le procura escribir novela negra, en gran parte porque la inspiración y el ritmo de escritura son sorprendentemente fluidos frente al gran esfuerzo y concentración que le exigen las obras de Banville (lo que, por descontado, no va en demérito de su altísima calidad final).
Bajo el manto negro de Black, el firme candidato al Nobel no solo ha firmado la ya longeva serie dedicada a Quirke, sino títulos sueltos como La rubia de ojos negros —siguiendo los pasos de Raymond Chandler al retomar a su legendario sabueso Philip Marlowe—, El lémur —una sátira ambientada en el mundo empresarial que apareció por entregas en The New York Times— y la novela histórica Los lobos de Praga. Además, en Pecado y Las invitadas secretas le concedió el protagonismo a un inspector apenas citado de refilón en las novelas de Quirke: Strafford.
El ciclo dedicado al patólogo dublinés llega ahora a su décimo título, siendo esta la segunda entrega de la serie protagonizada por él y el inspector Strafford, que se ha definido desde el primer momento por aportar una prosa rica y una brillante caracterización de personajes a los códigos del género, amén de poner el foco en la grisura ambiental y moral que definió la capital irlandesa después de la Segunda Guerra Mundial y volver sobre el tema del pérfido abuso de poder en cualquiera de sus facetas (político, económico, social, religioso…), todo eso compensado por el sutil e irónico sentido del humor que caracteriza al autor.
«Sabía que Quirke era irascible y vengativo, pero no tonto. Dentro de aquel organismo maltratado por el alcohol se agazapaba otra versión del hombre, alerta y de instinto afilado. Ese otro Quirke intuía cosas, se las olía, descubría los temores ocultos de los demás, sus secretos, sus pecados. Por eso recurría Hackett a él, para que fuera su otro par de ojos y oídos, su segundo centinela».
Aunque la renovación de los casos y la introducción puntual de contexto garantiza que incluso el lector primerizo pueda disfrutar de cualquier título por separado, el seguidor del ciclo cuenta con el goce adicional de asistir a la evolución de Quirke —o, con más frecuencia, a su recaída en ciertos comportamientos y debilidades crónicas— e ir llenando algunos huecos biográficos, a la vez que se reencuentra con secundarios con tanto encanto como su hija Phoebe o el inspector jefe Hackett. Sin embargo, hasta los reincidentes siempre cuentan con nuevos alicientes. Tras Las hermanas Jacobs, regresa el dúo formado por Quirke y Strafford en Los ahogados. Una particular pareja investigadora que, a pesar de la brillantez que alcanzan como equipo, tienen una relación personal cada vez más compleja en la que reinan el rencor, los recelos y la animadversión.
En el anterior caso, Quirke y el inspector Strafford llegan a Dublín para investigar el presunto suicidio de una joven estudiante, Rosa Jacobs, cuyo cuerpo aparece en un garaje. Sin embargo, el instinto de ambos les dice que este caso no es un simple suicido, sino un asesinato que oculta una verdad mucho más oscura. Pronto sus sospechas son confirmadas cuando descubren los vínculos de Rosa con Franz Kessler, el hijo de una acaudalada familia alemana que se mudó al condado de Wicklow tras la Segunda Guerra Mundial y que tiene negocios en Israel. Así, Quirke y Strafford se ven arrastrados a una investigación que los conduce a destinos inimaginables: un monasterio en medio de los Alpes, un campo de concentración alemán y un Tel Aviv de turbias alianzas empresariales. Todo ello salpicado por la historia de unos nazis que consiguieron eludir la justicia y empezar una nueva vida tras un cambio de identidad.
«Encontraba cierto consuelo en los sueños, donde los muertos regresaban»
Esta vez, pasado un año del asesinato de Rosa Jacobs, el inspector Strafford se ve obligado a acudir a Quirke cuando reaparece una figura implicada en el caso anterior: Ronnie Armitage, el profesor de Historia para el que trabajaba Rosa Jacobs. Ahora el profesor se ve en el foco de esta nueva investigación cuando aparece en medio del campo pidiendo ayuda porque su mujer se ha tirado al mar. Su extraña conducta resulta sospechosa para todos los que le rodean, incluidos aquel hombre que lo encuentra cuando acaba de producirse el suceso y el matrimonio que se aloja en la casa a la que acude en busca de ayuda. Los secretos, las mentiras y el deseo enturbian un caso de desaparición en el que un grupo de desconocidos tienen muchas más cosas en común de lo que parece.
«La misma niebla densa y desconcertante que cubre Dublín parece haber ocultado el rastro de la joven April Latimer. Cuando Phoebe Griffin se ve incapaz de recabar noticia alguna sobre su amiga, Quirke responde a su petición de ayuda y muy pronto los dos, junto con el inspector Hackett, comienzan la búsqueda. ¿Por dónde comenzar a desenredar la enorme y compleja telaraña de amor, celos, mentiras y oscuros secretos que April tejió a lo largo de su vida?»
Benjamin Black vuelve a ceñirse a la historia reciente de Irlanda y a los atropellos cometidos por sus estamentos más poderosos (Iglesia, políticos, familias ricas…), pero esta vez se sumerge en una Irlanda rural en la que los acantilados de grandes piedras y el mar espumoso son los escenarios en los que se esconden personajes inquietantes, se escurren los rumores y la justicia deja de ser ciega para favorecer a unos pocos.
Una vez más, Black hace uso de una trama de intriga y acción para reflexionar sobre la condición humana. El paso del tiempo, los recuerdos, la pérdida, la vulnerabilidad, la fragilidad de los lazos sentimentales, el deseo, el poder del pasado, las heridas familiares, la búsqueda de sentido a nuestros días… Los ahogados es otro ejemplo del modo en que su autor practica una novela negra profundamente humana, atenta a escarbar en nuestras emociones y sentimientos.
El gran talento de Black radica en conseguir a un tiempo entretenernos y divertirnos sin dejar de tocarnos la fibra sensible al interrogarse sobre algunas de las grandes cuestiones de la existencia.
Lee y disfruta de un fragmento de la novela.
El autor:
Benjamin Black es el seudónimo de John Banville (Wexford, Irlanda, 1945). Con El libro de las pruebas (Alfaguara, 2014) —que compone junto a Fantasmas y Athena la Trilogía de Freddie Montgomery (Alfaguara, 2020)— fue finalista del Premio Man Booker, que ya había obtenido en 2005 con El mar (Alfaguara, 2019), consagrada también por el Irish Book Award como mejor novela del año. Entre su obra destacan Regreso a Birchwood (Alfaguara, 2017), El intocable (Alfaguara, 2015), La señora Osmond (Alfaguara, 2018), la Trilogía Cleave, ciclo de novelas que incluye Eclipse (Alfaguara, 2014), Imposturas (Alfaguara, 2015) y Antigua luz (Alfaguara, 2012, uno de los mejores libros del año según la crítica española), La guitarra azul (Alfaguara, 2016), Tetralogía científica (Alfaguara, 2022) —que reúne las novelas Copérnico (ganadora del James Tait Black Memorial Prize), Kepler (merecedora del Premio de Ficción de The Guardian), La carta de Newton y Mefisto—, Las singularidades (Alfaguara, 2023) y La alquimia del tiempo. Un memoir dublinés, de próxima publicación.
Bajo el seudónimo de Benjamin Black, que continúa utilizando exclusivamente en sus ediciones en español, ha publicado en Alfaguara Negra El Lémur (2009), la serie de novelas negras protagonizada por el doctor Quirke —El secreto de Christine (2007), El otro nombre de Laura (2008), En busca de April (2011), Muerte en verano (2012), Venganza (2013), Órdenes sagradas (2015), Las sombras de Quirke (2017) y Quirke en San Sebastián (2021)—, La rubia de ojos negros (2014), en la que, por invitación de los herederos de Raymond Chandler, resucita al mítico detective Philip Marlowe, Los lobos de Praga (2019) y Las hermanas Jacobs (2023). En 2011 recibió el prestigioso Premio Franz Kafka, a menudo considerado como la antesala del Premio Nobel, y en 2013 fue galardonado con el Premio Austriaco de Literatura Europea y, en España, con el Premio Leteo y el Premio Liber. En 2014 le fue otorgado el Premio Príncipe de Asturias de las Letras por «su inteligente, honda y original creación novelesca».
El libro:
Los ahogados (título original: The Drowned, 2024) ha sido publicado por la Editorial Alfaguara en su Colección Alfaguara Negra en la serie Quirke & Strafford. Traducción de Antonia Martín Martín. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 336 páginas.
Para saber más:
https://es.wikipedia.org/wiki/John_Banville
https://en.wikipedia.org/wiki/John_Banville