Revista Opinión

Los albinos, los hijos del diablo

Publicado el 17 septiembre 2014 por Gsnotaftershave @GSnotaftershave
Flickr. Osoro Nyawangah

Flickr. Osoro Nyawangah

Por Maria Gobern

La falta de melanina en la piel es un verdadero problema para algunos habitantes de Tanzania: los albinos. Más de 170.000 albinos viven o sobreviven en el noroeste del país, cerca del Lago Victoria. Sobreviven con dificultad por su débil salud y por la discriminación que ha provocado durante años la superstición y creencia de la magia negra de los curanderos tradicionales o witch doctors. Los albinos, conocidos también como los hijos del diablo, sufren mutilaciones a diario, su sangre, hueso o cualquier parte de su cuerpo, un brazo, una pierna, sirve para rituales de la magia negra. Un brujo o chaman paga grandes cantidades de dinero por ello, más de 1000 euros por un miembro y prefiere que se arranque en vivo ya que así potencian los efectos del conjuro. En una sociedad donde hay un 80% de pobreza no todo el mundo puede permitirse pagar una 2000 por una pierna pero aparentemente para obtener suerte, salud y riqueza hay quien recurre a la magia negra. Sobretodo pescadores y mineros. Un mercado que genera corrupción y  asesinos a sueldo, a menudo encubiertos por la policía.

No parece real, pero es cierto. Leí sobre esto hace unos años en unas entrevistas a las víctimas de la superstición de la mano de Jon Sistiaga, lo más espeluznante es que aún en 2014 continua esta condena para los albinos.

Flickr. IFRC

Flickr. IFRC

Estas creencias ancestrales alcanzan grados inimaginables de deshumanización, muchos creen en esta magia negra, entre ellos políticos y empresarios bien academizados. Aunque los mitos que rodean este colectivo estigmatizado sean un sinsentido la población se lo ha creído y forma parte de este circo, como si no iban a permitirse las mutilaciones, asesinatos, persecuciones, profanación de tumbas para llevarse los huesos, etc.

Desde 2008 se incrementaron los “ataques” a los albinos pero a poco las organizaciones internacionales y locales empiezan a movilizarse.

La Tanzania Albinism Society (TAS)  se ha convertido al sitio donde recurren la mayoría de albinos, ayudan a investigar contra el cáncer de piel, y hacen lobbying al gobierno quien actualmente ya está tomando medidas para acabar con la discriminación y los atrocidades. Shaymaa Kewgyr, albina, fue aceptada como miembro del Parlamento y es un símbolo de la lucha por la igualdad.

En Europa uno de cada 20.000 habitantes es albino, en Tanzania hay uno de cada 4000. Aún el avance, la concienciación de esta realidad en África, los albinos aún tienen miedo y luchan contra la corrupción y una forma de racismo que tiene que desparecer.

Vídeo Naciones Unidas sobre el albinismo en Tanzania


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