La obra fue encargada por el padre de Dodi, Mohamed Al Fayed, cuando era propietario de los almacenes, que fueron vendidos en 2010 a la familia real de Catar por cerca de 1.500 millones de libras (1.695 millones de euros).
El director ejecutivo de Harrods, Michael Ward, afirmó a la BBC que el palacio de Kensington, residencia oficial de los príncipes Guillermo y Enrique, planea erigir una nueva estatua dedicada a la princesa, fallecida junto con Dodi Al Fayed en un accidente de tráfico en París en 1997.
"Creemos que es el momento oportuno para devolver este memorial al señor Al Fayed e invitar a la gente a que presente sus respetos (a la malograda princesa) en el palacio", señaló Ward.
Mohamed Al Fayed ha sostenido que la muerte de Diana y su hijo no fue accidental, y llegó a acusar a la familia real británica de haber "orquestado" el suceso, en contra de las conclusiones de las investigaciones oficiales británica y francesa, que achacaron el siniestro al exceso de velocidad y la embriaguez del conductor.
Un portavoz de la familia Al Fayed agradeció en un comunicado dirigido al diario "The Times" a los actuales dueños de Harrods que hayan mantenido la estatua de Diana y Dodi "hasta ahora".
"Eso ha permitido que millones de personas hayan presentado sus respetos a esas dos magníficas personas. Ahora es el momento de llevarlas a casa", señala la nota de la familia Al Fayed.