La Ejecutiva sale del moderno edificio de oficinas. Es una mujer madura, elegante y llamativa. Va derecha a coger un taxi. En la parada la está esperando el joven Becario. Es mono y de estilo desenfadado. Cuando la ve aparecer sonríe y le coge solícito el maletín. La Ejecutiva para en seco y le pregunta arisca qué está haciendo. Estaba deseando verte, le responde con atrevimiento el Becario. A la Ejecutiva le fastidia la respuesta, pero por otro lado...Así que permite que le lleve el maletín y le abra la puerta del taxi. El Becario intenta besarla. Ella le aparta indignada.
El Becario no se rinde tan fácilmente. Necesita besarla , abrazarla, que le bese y le abrace.No piensa en otra cosa desde que la conoció en la fiesta de la empresa. Le deslumbró su aire de triunfadora ; cómo hablaba con toda naturalidad de sus viajes, de sus reuniones con gente importante, hoy aquí mañana allí, pasado en Londres, ayer en Nueva York...Así que al día siguiente vuelve a esperarla a la salida del trabajo.
Cuando la Ejecutiva lo ve en la parada del taxi se dirige a él de manera bastante despectiva. ¡Oye niñato llevo todo el día sin parar, y lo último que me apetece es verte aquí como un pasmarote! Pero suspira, le da el maletín y deja que la acompañe a casa. Eso sí, sin un gracias ni un hasta luego.
El Becario sigue esperándola, unas veces a la salida del trabajo, otras en el aeropuerto. Sin éxito. Esta loco por ella. Se dice a sí mismo que a lo mejor está haciendo el ridículo. El es sólo un pobre becario, sin un duro e inexperto en amoríos con mujeres de cierta edad. Ella en cambio se codea con altos ejecutivos y sabe Dios con quién más. Pero no le importa. No piensa cejar en su empeño. Aunque ahora se muestre tan altiva, en la fiesta le echó bastantes miradas y sonrisas muy insinuantes. Sabe que gustarle le gusta.
Una tarde la Ejecutiva sale del trabajo pensando en el Becario. La verdad es que aunque no es guapo, tiene un no sé qué. Por eso tonteó con él en aquella fiesta. Por eso y sobretodo porque había bebido más de la cuenta. Si hoy estuviera esperándola, quizá se tomaría una copa con él. Ha sido un buen día, sin demasiado trabajo, no está cansada, no tiene ningún plan y no le apetece encerrarse en casa. Ya se ha hecho bastante la dura. Se despide de sus compañeros . Busca con la mirada. Una mano se agita y una sonrisa la saluda. Es él. Ella le da directamente el maletín y le habla de tomar una copa. U-n-a c-o-p-a, le advierte.
Cuando la Ejecutiva llega a casa esa noche, ya ha besado al Becario y le ha dado su teléfono. Se duerme pensando en él, deseando volver a salir con él. Al día siguiente el joven, impaciente, la llama; es Sábado y no puede esperar hasta el Lunes. Por fin se acuestan. Ella queda más que satisfecha. No se lo dice.
El Becario sigue recogiéndola todos los días a la salida del trabajo, o en el aeropuerto. Siempre le lleva flores, bombones...Sigue loco por ella. La Ejecutiva sonríe al verlo y agradece los regalos. Cada noche la pasan en un hotel diferente. ¡Y cómo lo pasan! ¡Menuda tía!
De vez en cuando la Ejecutiva le trae un regalo de sus viajes. Él está encantado, son regalos caros, cosas que nunca ha tenido , como un perfume, un reloj, unos vaqueros de marca...Luego empieza a comprarle ropa elegante y sería. Con este traje vas a estar para comerte , le dice un día ella. A él no le hace mucha gracia este tema. Porque no, porque no es su estilo ¿Qué se cree que es un "alto cargo" de su "reconocida empresa" ? Pues no. Y luego está lo de los hoteles...ella los paga. Que no, que no se siente cómodo con estas tonterías. Y así se lo dice. Ella no cede. Si no quieres que pague yo , de acuerdo paga tú, le suelta.
Llevan unos días sin verse. La llama y quedan. El hotel lo paga él. La encuentra demasiado atenta, demasiado preocupada, como temerosa de perderlo. En un momento dado la Ejecutiva le dice que le quiere, que no podría vivir sin él, y le abraza con fuerza. El Becario tarda en dormirse. ¿Ha oído la palabra "boda" o son imaginaciones suyas?
La Ejecutiva se va de viaje de trabajo unos días. La tarde que vuelve, sale del aeropuerto y busca con la mirada, pero nadie agita la mano, ni ninguna sonrisa la saluda. Cansada, coge un taxi. Le da su dirección. Llegan. Le paga y se baja. Entra en casa y suelta el maletín y la maleta. Saca el teléfono del bolso, y llama al Becario. No contesta. Se quita el abrigo. Vuelve a llamar. Nada. Se quita los tacones. Le escribe un Wasap. Abre el mueble bar y se pone una copa. Mira el teléfono. Nada.
La Ejecutiva se deja caer en el sofá, bebe un trago y sonríe maliciosamente. Quitado del medio. Una vez más su técnica ha funcionado.
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Ilustraciones de OpenClipartVectors.
Publicado con Blogsy