Toni Hill
DeBolsillo
460 páginas
Novela negra
3a entrega de la saga del Inspector Salgado
El verano de los juguetes muertos
Los buenos suicidas
Los amantes de Hiroshima
Sinopsis:
Primavera de 2011. Unos okupas encuentran dos cadáveres enterrados juntos. Los análisis revelan que se trata de los cuerpos de Cristina Silva y Daniel Saavedra, una joven pareja desaparecida cuatro años atrás. El caso tuvo siempre un sospechoso claro: Ferran Badía, ex novio de Cristina y amigo íntimo de Daniel. A pesar de que los cuerpos nunca fueron hallados, la presión mediática, la ausencia de coartada de Daniel y, sobre todo, su personalidad obsesiva y fría posibilitaron una condena. Pero el hallazgo ha abierto otras líneas de investigación. El caso cae en manos de Héctor Salgado y su equipo. De fondo, una Barcelona indignada por la crisis política y económica se manifiesta en las calles, denunciando a bancos y partidos políticos en un movimiento que parece haber dado una nueva voz a la opinión pública.
Opinión:
Por fin he llegado al fin de esta saga que no me ha terminado de gustar.
Aquí nos presenta un nuevo caso y cómo no, seguimos con el de la desaparición de Leire, la ex de Salgado. El nuevo caso es... ¿rocambolesco? No sé si sería la palabra adecuada pero nadie se equivocaría si dijese que es peculiar, fuera de lo común, al menos su puesta en escena.
Una pareja en tal estado de descomposición que impide reconocerlos sin más análisis son encontrados en el sótano de una casa abandonada. Por sí solo eso no es gran cosa, pero la casa está decorada con una serie de lienzos que como mínimo perturbarían al más pintado.
A lo largo del caso van saliendo multitud de nuevos personajes con sus historias para intentar que el lector se haga una idea de la historia de esa pareja, pero aquí está el gran por qué de que este autor no sea para mí, mucho personaje para nada. Mucho personaje e investigación justa para estar dando vueltas sobre el caso y solo a cincuenta páginas del final de pronto aparezcan todas y cada una de las pruebas (análisis y similares) que le dicen al protagonista quién el es asesino pero no al lector, que ya se enterará más tarde todavía.
Lo dije en la breve opinión de sus otros libros y lo repito aquí también, para mí esto no es novela negra. No hay pistas suficientes para que el lector pueda dejarse los sesos en el intento de saber quién es el asesino, el autor se lo guarda todo bajo la manga hasta el final. No juega con el lector para guiarlo hacia el asesino o para confundirlo, simplemente lo deja todo para la recta final.
No es para mí.
Es cierto que a lo largo de la trilogía mejoran tanto las historias como los personajes (en cantidad y calidad), pero no tiene lo que para mí deben tener las novelas de este género. Con este autor el lector es un mero espectador que queda relegado a pasar las páginas porque la investigación es casi nula hasta el final. Mucho interrogatorio y lo que quieran pero de verdad que no sirve para nada.
Con todo, esta saga ha tenido bastante éxito, así que el bicho verde puedo ser yo perfectamente. Quien quiera darle una oportunidad que lo haga, a quien esté dudos@ le recomendaría otros libros de este género pero de otro autor.