(Dirigido por James Gray – USA 2008) El amor es una enfermedad del hígado tan contagiosa como el suicidio, que es una de sus complicaciones mortales. Sin embargo, ambas han sido convenientemente dignificadas, elevadas a una categoría sentimental, acaso por la imposibilidad de la ciencia para elaborar una terapéutica apropiada. (Gabo)
Leonard (Joaquin Phoenix) ha intentado suicidarse por enésima vez. Sus padres están desesperados por el estado del muchacho, desde que su novia lo abandono, él nunca pudo superar esta decepción. Los padres arman un plan, presentarle a la hija de unos amigos, la chica en cuestión se llama Sandra (Vinessa Shaw), es una mujer atractiva de cabello oscuro, cuerpo firme y una juventud que se ve en los ojos. Invitan a la familia de Sandra a una cena en la casa de ellos, asisten todos los miembros de la familia. Sandra lo mira a Leonard con agrado, pareciera un flechazo de esos que lanza cupido de vez en cuando, sin embargo al rato nos enteramos que ella ya lo había observado unos días antes sin que él supiera. Leonard la mira, no con deseo, si no más bien con intriga, como queriendo descubrir que otras cosas traerá esta chica consigo en su interior. Miente cuando ella le hacer preguntas, creyendo así mostrarse como un tipo interesante a pesar de sus rollos que sobresalen del polo que lleva puesto.
Por esas cosas de la vida, Leonard conoce al día siguiente a una vecina de su edificio, Michelle (Gwyneth Paltrow) es una rubia de cuerpo delgado y frágil, de carácter relajado y paso seguro y extrovertido. De inmediato se percibe que hay una tensión sexual de él hacia ella, inclusive nervios. Leonard y Michelle se hacen confidentes, ella le cuenta que tiene un enamorado por el que sufre ya que este es casado y tiene un hijo. Leonard se queda atontado ante lo que ella le cuenta, pareciera que el corazón de él estuviera tomando rumbos fuera de lo común, de esos que las mujeres con calle perciben en el acto. Michelle decide contarle todas sus aventuras con el casado, además de presentárselo para que le de una opinión sobre el susodicho, también le hace constantes llamadas a su celular que terminan confundiendo más al apenado Leonard.
Paralelamente cuando Michelle tiene sus citas con su enamorado, Leonard se va de plan con Sandra e inclusive hacen el amor con dulzura en la cama de él. Pareciera que Leonard fuera novio de Sandra y amigo de Michelle, sin embargo el día que esta última le comunica que ha terminado con su enamorado, Leonard se lanza con todo hacia Michelle y le comunica que esta enamorado de ella, que él si sabe lo que es el amor. Michelle le dice que eso que él siente no es amor, él esta totalmente seguro que si, la pone contra la pared y empieza a besarla, pega su cuerpo al de ella, junta sus labios a los de ella para luego hacerle el amor en un torrente de pasión contenida. A Michelle le encanta este arrebato de Leonard y le llama loco. Leonard le dice que los doctores que lo medican le han dicho lo mismo y se rie. Planean fugarse de esa ciudad e irse a otra para ser felices por siempre.
Sin embargo Leonard se ha olvidado dos cosas, la primera que Sandra esta loca de amor por él y la segunda que Michelle también es tan loca como él e impredecible y hasta cobarde. La pregunta es que ocurrirá el día que él crea haber empezado su camino a la felicidad.
La película es como ver el cielo de Lima en esta época, gris. Con una música que cierra la película inolvidable (Sola perduta abbandonata interpretada por Christopher Spelman). La actuación de Phoenix es sobresaliente, su entusiasmo o su amargura o su tristeza o sus gestos de mentiras, todo lo actúa con mucha veracidad. Es inevitable botar unas lágrimas al final de la cinta para aquellos que creemos y persistimos que el amor es bello con todas sus rarezas y excentricidades y nos espera si no es aquí, es mañana, y si nos llega y luego abandona, lloraremos pero en la fecha posterior encontraremos otro.