Este curioso largometraje francés de animación de 1982 puede presumir de contar con una gran belleza plástica y grandes dosis de experimentación, ya que su mayor baza es el contar con el mismísimo Moebius (artista de sobra conocido por los amantes del comic) en las labores de diseño.Y en poco más que eso se queda, tristemente, este film de René Laloux, director de la sobresaliente El Planeta Salvaje, también de animación y de ciencia ficción.
Después de que su nave se estrellase en el extraño planeta Perdide, Piel, el pequeño hijo de la pareja de tripulantes, debe sobrevivir mientras contacta con una nave de contrabandistas que deciden salvarlo de tan hostil entorno.Jaffar, el líder de sus rescatadores, no cuenta con que los peligros irán aumentando inesperadamente.
Es una película que entretiene a duras penas, debido a su ritmo lento (aunque precipitado hacia el final), sus pocos carismáticos personajes (hay bastante exploitation starwarsera) y a su confusa historia, si bien, dada su condición de no yanki, encierra un mensaje adulto inusual en las producciones animadas más mainstream, lo cual siempre se agradece.En definitiva, se queda en curiosidad cinéfila para enamorados de la animación, sobre todo de la vieja escuela (y muy bien animada que está, la verdad sea dicha)... y en testimonio de su época (esas melodías electrónicas a lo Jean Michelle Jarre resultan simpáticas hasta que su repetición continua acaba por cansar)Como ya he dicho: no es que la película sea mala... pero dejémosla sólo para adictos a los dibujos.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 18 septiembre a las 02:54
En Los amos del tiempo otra adaptación del escritor Stefan Wul, en la cual el genial director René Laloux navega por los entrepaños de una Space opera, subgénero de ciencia-ficción que trata relatos de viajes espaciales.La propia aventura lleva impresa cierta ingenuidad que unida a la originalidad de los dibujos del gran Moebius (Jean Giraud comúnmente conocido por sus diseños en la película el quinto elemento) hacen agradable su visión como metáfora sobre la enajenación del hombre más unas pinceladas conceptuales similares a un mundo feliz de Huxley, excelentes momentos como las escenas del niño en el planeta Perdide, cuyos paisajes destilan una estética totalmente surrealista; desafortunadamente su Fuerza visual se desvanece en las partes que tienen lugar al interior de la nave de Jaffar a pesar de esto Laloux y Moebius son unos maestros y en este metraje lo dejan claro y este filme es un bocado infaltable para los paladares de los amantes de la animación.