A continuación, la historia de la atleta Gabrielle Andersen-Scheiss.
El origen de La Maratón
Su origen se debe a la batalla de Maratón que enfrentó a persas y griegos en el año 490 a.C. En Atenas las griegas esperaban con inquietud el resultado de la batalla, pues los persas habían jurado que si vencían irían a saquear la ciudad, violar a las mujeres y matar a los niños. Ante esta probabilidad, las mujeres de Atenas habían decidido que si no recibían noticias de la victoria antes de 24 horas, serían ellas mismas quienes matarían a sus hijos y luego se suicidarían.
Tras obtener la victoria, el general ateniense Milciades El Joven envió al soldado Filípides a dar la noticia de la victoria. Es asi como Filipides, depues de haber estado combatiendo un día entero, tuvo que recorrer una distancia de 42 km para dar la noticia, antes que sus mujeres pensaran que los persas habían ganado. Puso tanto esfuerzo en llegar lo más rápido posible, que cuando llegó cayó agotado y antes de morir sólo pudo decir una palabra: "Nike" (que significa Victoria en griego).
Filípides llegando a Atenas
En honor a este hecho se creó una competición con el nombre de "Maratón", que se realizó por primera vez en los juegos olímpicos de Atenas en 1896. En esta primera edición el ganador fue un griego llamado Spiridon Louis, cuya victoria salvó el honor helénico pues fue el único triunfo griego en una prueba de atletismo en estos juegos.
Actualmente la distancia de la Maratón es de 42,195 mts, debido a que en el año 1908, cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Londres, se añadieron unos metros para para que la Reina pudiera presenciar la partida desde el Castillo de Windsor
Spiridon Louis corriendo la primera Maratón
La participación de la mujer en la Maratón
Desde que se empezó a correr en 1896 la Maratón se consideró una prueba exclusiva para hombres, debido a que se pensaba que el cuerpo de la mujer no estaba preparado para una prueba tan dura.
Fue recién en 1967 que una mujer logró correr una Maratón, pero lo hizo haciéndose pasar por hombre. La corredora Kathrine Switzer se inscribió en la Maratón de Boston con el nombre de KV Switzer, partió con el dorsal 261 y llegó a cruzar la línea final después de 4 horas y 20 minutos. Durante el transcurso de la carrera uno de los comisarios, dándose cuenta que Switzer era una mujer, intentó detenerla pero otros corredores la defendieron, impidiendo que la atleta fuera retirada de la competencia. A continuación un video donde Switzer cuenta su propia historia.
La primera maratón femenina en una Olimpiada
Tuvieron que pasar 17 años más, para que en las Olimpiadas de Los Angeles de 1984 se celebre, por primera vez en la historia, la prueba de la maratón femenina. El 5 de agosto de 1984 50 atletas salieron de la línea de partida, 44 cruzaron la meta y solo 6 se retiraron de la competencia.
La prueba la ganó la estadounidense Joan Benoit. Desde el comienzo de la prueba se puso en cabeza, y a pesar de los 27°C de temperatura y la humedad, marcó un ritmo impresionante haciendo un tiempo de 2h 24:52, a más de un minuto de la favorita, la noruega Grete Waitz (2h 26:18).
Joan Benoit ganado la primera maratón femenina olímpica
Sin embargo, la historia que les quiero contar no la protagonizó la ganadora de la prueba, sino la corredora suiza Gabrielle Andersen-Scheiss. Veinte minutos después de que llegara la ganadora, Andersen recién llegaba al estadio, completamente exhausta y deshidratada.
Durante los 5 minutos y 44 segundos que le tomo dar la vuelta al estadio, mantuvo en tensión a millones de espectadores que la observaban tambalearse, dibujando zig-zags por la pista al borde del colapso. Los médicos intentaron acercarse a ella, pero en esa época si un corredor era tocado por alguna persona era inmediatamente descalificado, así que Gabrielle los detuvo y siguió avanzando.
Acosada por el cansancio y los calambres. Gabrielle continuó avanzando porque sabía algo que los médicos no sabían. Debido a su edad (39 años), esta iba a ser su primera y última participación en una maratón olimpica y por lo tanto no podía rendirse.
Finalmente, la corredora suiza cruzó la meta desfalleciente y cayó en los brazos de un médico que la recibió. El estadio estalló en una ovación que ni siquiera se había escuchado minutos antes cuando Joan Benoit, ganadora de la prueba, cruzó la meta. Sin necesidad de haber ganado una medalla, el coraje y la determinación de Gabrielle la habían hecho pasar a la historia del atletismo.
Este post va dedicado a todas las mujeres valientes como Gabriela, que demuestran que por más díficil que parezca llegar a la meta, con esfuerzo y coraje todo se puede.