Revista Cultura y Ocio

Los años de peregrinación del chico sin color

Publicado el 02 junio 2015 por Conejo Blanco @DetrasdelConejo
Los años de peregrinación del chico sin colorTítulo: Los años de peregrinación del chico sin color
Autor: Haruki MurakamiAño: 2013Género: Novela Editorial: Tusquets EditoresPáginas: 320
Una entrañable novela sobre la amistad, el amor y la soledad de aquellos que todavía no han encontrado su lugar en el mundo. Cuando Tsukuru Tazaki era adolescente, le gustaba sentarse en las estaciones a ver pasar los trenes. Ahora, con treinta y seis años, es un ingeniero que diseña y construye estaciones de tren, pero en el fondo no ha dejado de ver pasar los trenes. Lleva una vida holgada, tranquila, tal vez demasiado solitaria. Cuando conoce a Sara, algo se remueve en lo más profundo de su ser. Y revive, en particular, un episodio de su juventud: dieciséis años atrás, cuando iba a la universidad, el que había sido su grupo de amigos desde la adolescencia cortó, sin dar explicaciones, toda relación con él. Así empezó la peor época de su vida, hasta el punto de que acarició la idea del suicidio. ¿Ha acabado esa época? ¿Es posible que aquello le marcara más de lo que él cree? Tsukuru decide entonces ir en busca de cada uno de los miembros del grupo para averiguar la verdad. Con la pieza de Liszt titulada Los años de peregrinación como leit-motif, comenzará esa búsqueda, que le llevará a lugares tan dispares como la ciudad de Nagoya o Finlandia, o tan recónditos como algunos sentimientos. Decididamente, a Tsukuru le ha llegado la hora de subirse a un tren.
Opinión:Undécima novela que leo del señor Murakami. A veces me da la sensación de que en algún momento va a quedarse sin nada que transmitirme, pero siempre consigue llegar a mí (a excepción de un libro que me aburrió, reseñado aquí). Este en concreto, me ha atrapado por completo, y si no está al nivel de mi amor por Kafka en la orilla, es por poco. Espero no ser muy pesada volviendo a hablar del escritor japonés; pero ya sabréis que es una de mis debilidades literarias.
La novela nos ubica ante un Tsukuru que no se lo habría pensado dos veces a la hora de despedirse de la vida. Es un hombre que traspasa la barrera de los treinta años y que no ha logrado adaptarse del todo a la sociedad, que tiene sus peculiaridades y al que acompaña una inmensa tristeza. Es el chico sin color. O el típico perfil de personaje de Murakami, que viene siendo lo mismo. Encuentra su pasión en las estaciones de tren -estudió dicha ingeniería en la universidad-, y busca la estabilidad en su vida gracias a Sara, mujer con la que está comenzando una relación. Pero para poder poner orden en su vida, antes tiene que resolver un conflicto que surgió con su grupo de amigos de la adolescencia; sin previo aviso cortaron todo tipo de relación con él. Y, aunque cree haberlo superado, la verdad es que ese evento sigue suponiendo un escollo en el transcurso de su vida.
Impulsado por Sara, tratará de buscar explicaciones a lo que nunca logró entender. ¿Por qué se rompió la relación repentinamente? ¿Era solo por ser el chico sin color? (Todos los apellidos de sus amigos significaban el nombre de un color en japonés). Gracias a la mediación de Sara, consigue unos datos de contacto para poder buscar a sus antiguos amigos y conseguir resolver de una vez por todas esa cuestión que irremediablemente le afecta y no le deja vivir como una persona normal.
De esta manera se dan un serie de reencuentros, sorpresas, preguntas, dudas, resoluciones... No voy a explicar cada una de las relaciones porque para eso ya leeréis la historia si os apetece, pero sí decir que nuevamente se embarca en los pensamientos filosóficos y en lo onírico, que a su vez chocan con algunos aspectos del occidentalismo (supongo que es algo que muchos de los autores japoneses critican de Murakami, el ser demasiado "occidentalizado"). El personaje me ha hecho sentir muy identificada en muchas ocasiones, y creo que es alguien con quien resulta fácil empatizar. Es fácil sumergirte en la depresión y sentir como si la estuvieras viviendo en tu propia piel, lo que sin duda alguna es mérito de Murakami con la prosa tan detallada y característica que tiene. A medida que la novela va transcurriendo, vas viendo cómo su estado anímico evoluciona y cómo va teniendo pequeños pasos adelante en su búsqueda por poder superar el pasado y poder comenzare a vivir la vida de verdad. 
La verdad es que es en general una novela que me ha gustado muchísimo. No es de gran grosor, comparada con otras que tiene, y se lee bastante rápido. En seguida te sientes metida en la historia, y al menos yo no la pude soltar hasta que la terminé. A mí personalmente me ha resultado un libro de bastante ayuda, todo ese camino que sigue para poder superar finalmente su pasado y embarcarse en una vida que hasta el momento no ha aprovechado del todo, y que con casi 40 años ya es hora de que empiece a aprovechar. Conocer el secreto que ha tenido sumido a Tsukuru en la nostalgia por el pasado le permite seguir adelante.
Tengo que decir también que de todos los libros que he leído de él, me ha dado la sensación de que es uno de los que más nos acerca a la realidad. Prescinde de esos elementos fantásticos que tanto abundan en sus novelas y nos topamos con una situación de normalidad fácilmente accesible. Al estilo de Tokio Blues. Eso sí, la afición que tiene este señor por incluir temas de suicidios en todos sus libros me fascina, aunque creo que es algo propio de los japoneses en general.
Y por supuesto, Murakami nos vuelve a dejar otra vez un final abierto y con la incertidumbre de qué pasará. A medida que iba llegando al final, me estaba oliendo que iba a dejarlo abierto y que me iba a quedar con la curiosidad, y efectivamente así fue. Pero es su especialidad; o le quieres por ello o le odias. Hay quien adora eso de él, y hay quien cree que los finales abiertos otorgan una pizca de amargura a sus novelas.
Citas:
"—Yo no tengo muy claro lo que quiero hacer, sólo sé que haga lo que haga, me gustaría poder reflexionar profundamente sobre las cosas. Seguir pensando de forma pura, con toda libertad. Sólo eso. Aunque, en el fondo, reflexionar de forma pura quizá sea como crear un vacío. 
—Supongo que en este mundo también hacen falta personas que creen vacíos".
"El mundo no se pone patas arriba tan fácilmente. Las que están patas arriba son las personas".
"En ese momento, por fin lo captó. En lo más profundo de sí mismo, Tsukuru Tazaki lo comprendió: los corazones humanos no se unen sólo mediante la armonía. Se unen, más bien, herida con herida. Dolor con dolor. Fragilidad con fragilidad. No existe silencio sin un grito desgarrador, no existe perdón sin que se derrame sangre, no existe aceptación sin pasar por un intenso sentimiento de pérdida. Ésos son los cimientos de la verdadera armonía".
"Al contrario de lo que esperaba, el corazón no se le paró. Porque el corazón no se detiene tan fácilmente".

Puntuación:Los años de peregrinación del chico sin color

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