Revista Coaching

Los antecedentes del éxito y la realización: Los objetivos

Por Andrés Cuevas Mesa @acuevascoach

Objetivo

¿Cuál es la naturaleza de los objetivos? ¿Son un aspecto primordial en la vida? ¿Cómo conseguir que saquen a relucir nuestro mayor potencial? Estas y otras cuestiones son de vital relevancia para analizar lo que supone forjar objetivos que catapulten nuestro ser a dar el máximo. La base de todo éxito viene precedido por la elaboración de un compendio de objetivos. Cualquier logro, por minúsculo que sea, tiene una directa correlación con un plan de objetivos determinado. Su naturaleza radica en satisfacer uno de los grandes anhelos del hombre, realizarse como ser humano y como persona.

Son muy pocas las personas que tienen claro su plan de acción, y aquellos objetivos que son dignos de ser perseguidos. Parece que el único momento idóneo y propicio para establecer unos propósitos sea el comienzo de un nuevo año. ¿Creemos sinceramente que con dedicarle una hora al año a nuestros objetivos es suficiente? ¿De verdad pensamos que puede darse un progreso consistente desde esta pobre visión? Los objetivos deben ser revisados constantemente y elaborados de manera precisa, para así poder establecer un marco de actuación efectivo para su cumplimiento.

Creemos falsamente también, que los objetivos son lo único válido y aquello que nos define como personas. Establecemos un objetivo como una expectativa de obligado cumplimiento. “Debo llegar a tal cantidad de ingresos para conseguir el estatus que deseo, sino será un fracaso”. Estos son los objetivos que dificultan tremendamente nuestra felicidad, más que objetivos, son condiciones y requisitos forzosos. Debilitan nuestro potencial y lo merman. Son expectativas que cortan el flujo y la energía creativa que reside dentro de cada uno.

Lo reconfortante de los objetivos reside en su naturaleza creativa, contributiva y de crecimiento. Cuando nuestro objetivo busca de manera sincera sacar a relucir nuestra mejor versión como seres humanos, entonces estamos verdaderamente alineados con lo que somos. El objetivo se convierte en un catalizador de transformación y crecimiento, ya que fortalece nuestro camino diario y le da un sentido profundo. En palabras de Ralph Waldo Emerson: “El mundo le abre paso al hombre que sabe a dónde se dirige”.

Existen cinco potentes claves que pueden ayudarnos a conseguir las metas y los objetivos marcados. Estas cinco claves deben ser constantemente revisadas y puestas al día para conseguir un óptimo rendimiento y una correcta eficacia:

1. Enfoque y visión

El enfoque es absolutamente primordial para conseguir cualquier logro en la vida. Desecha lo superfluo para centrarte en lo estrictamente fundamental. Nuestra energía fluye hacia aquello en lo que ponemos nuestra atención. Todos aquellos ejemplos de incuestionable éxito fueron aquellas personas que tuvieron una visión cristalina e imperturbable de su objetivo. Centrate en colocar el ladrillo diario de la mejor manera posible, no te enfoques en el edificio final. El objetivo se alcanza cumplimentando cada paso diario hacia la cima.

2. Crecimiento y contribución

El establecimiento de objetivos promueve el crecimiento personal y la contribución para con los demás. El auténtico valor de un objetivo no se encuentra en el resultado logrado, sino en lo que nos ha aportado como personas en el trayecto que hemos tenido que recorrer para llegar hasta él. El objetivo marcado lleva una semilla de crecimiento implícita, ya que su consecución nos hará personas más experimentadas y conscientes de las necesidades, tanto de nosotros mismos como de los demás.

3. Medición y concordancia

Definir y acotar de manera específica nuestros objetivos nos aporta una referencia precisa para poder saber cuan cerca o lejos de ellos estamos. Cuando medimos tenemos una base sustancial para poder mejorar y un sentido más agudo de lo que es realmente necesario. La concordancia tiene que ver con la integridad con la que reflejamos nuestros valores en los objetivos que emprendemos. Definir objetivos de manera clara con nuestros valores es un modo excelente de alcanzar paz, serenidad y grandeza.

4. Motivo e intención

Si mostramos una intención clara y decidida en nuestros objetivos, conseguiremos tener iniciativa a la hora de llevarlos a cabo. Si somos capaces de repasar diariamente nuestros objetivos todas las mañanas, viendo el motivo y el porqué que subyace en ellos, ejerceremos una influencia positiva y proactiva sobre nosotros mismos y las demás personas. Tendremos claridad y ganas, para realizarlos de la mejor manera posible. De igual manera, definir los objetivos nos ayuda a crear un marco de referencia que nos ayudará a realizar elecciones acertadas y más intuitivas.

5. Entusiasmo e inspiración

Las metas producen inspiración y entusiasmo en aquel que los persigue. Clarificar cuales son las pautas y objetivos importantes, produce una sensación de congruencia, seguridad y energía. El propio marco produce una infinidad de nuevas posibilidades a nuestra vista, debido a que nuestra mente está activa, abierta y receptiva. Este marco a su vez, crea una declaración potente de no conformarse con una vida ordinaria, sin anhelos ni motivaciones. Los objetivos nos permiten lograr una vida digna de ser vivida.

Recordemos la importancia que tiene vivir una vida con un propósito definido y claro. Los objetivos suponen el cimiento y la base sólida de la pirámide del éxito, por eso resulta importante aplicar estas claves con consistencia y decisión para mostrar nuestra mejor versión de lo que somos y podemos conseguir. Un nuevo abánico de posibilidades está disponible si adoptamos de manera decidida llevar nuestros objetivos a buen puerto. Establece un plan de acción hoy mismo y dirige las velas de tu vida.

“Las grandes mentes tienen propósitos, otros tienen sueños”

- Washington Irving


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