La influencia ha sido bien documentada en los niños, a
quienes les gusta más, demandar y consumir productos con alto contenido de
grasa, azúcar o sal después de ver anuncios que los promueven. Los deseos
urgentes y primitivos pueden ser provocados por la exposición a cualquier
imagen asociada con alimentos insalubres. Estos disparadores incluyen logotipos
icónicos, como los famosos arcos dorados, que se asocian más fácilmente con las
hamburguesas y papas fritas. Este es un efecto sutil que a menudo se produce en
el inconsciente, cuando una persona está expuesta a una imagen de comida atractiva,
las regiones del cerebro asociadas con la atención, la recompensa y la motivación
se activan rápidamente. Es importante destacar que esta respuesta parece estar
particularmente asociada con los alimentos ricos en calorías. Los niños con un
mayor riesgo genético de obesidad muestran respuestas de recompensa cerebral
más fuertes a los anuncios de alimentos en la televisión y comen más dulces en
respuesta a los anuncios de alimentos. Para resistir los antojos que son
provocados por la respuesta del cerebro a estos anuncios, los individuos deben
practicar el autocontrol. Esto involucra un área del cerebro llamada corteza
prefrontal y es más difícil para los niños porque la corteza prefrontal no
termina de madurar hasta la edad adulta. Por supuesto, no solo los anuncios de
televisión son un problema, los anuncios de comida chatarra están en todas partes,
hasta en promociones de supermercados, y los envases de colores brillantes. Si
los gobiernos realmente quieren proteger a los niños de la comercialización de
comida chatarra, deben restringir todos los anuncios que los promocionan. Es
hora de que comencemos a prestar atención a cómo funciona realmente el
comportamiento humano de comer, en lugar de como lo deseamos.