Revista Cultura y Ocio
Los árboles se caen en las grandes ciudades. No sé si es su forma de hablar y decirnos algo al respecto de la polución. Si tuvieran boca y hablaran seguro que no serían bonitas palabras las salieran de ellas. Pero veo Pekín y me hecho a temblar. Como no van a querer huir de tan siniestra niebla de contaminación, que lo inunda todo. Sólo es un ejemplo llamativo por los otros tantos y tantos que pasan desapercibido. En Cuenca se instalará un almacén de residuos nucleares a pesar de las dudas que sugiere la capacidad del terreno para soportar tal desperdicio contaminante. Seguro que muchos estarán contento con las oportunidades laborales y económicas que trae bajo el brazo, y espero que asuman esa elevación de los índices de cáncer que se ha demostrado en otras zonas similares con "una sonrisa". A los otros, los que siempre se han negado a la ubicación de tal proyecto antiecológico, les felicito, y espero que puedan huir de tan descerebrado proceder. Los árboles se mueren, y no hacemos ni caso. Las abejas desaparecen como por arte de magia y no vemos sus implicaciones inherentes. Las especies no autóctonas nos invaden y a algunos les hace gracia que ese "mosquito tigre" se hinche de sangre porque creen que a ellos no les pican los mosquitos. Los árboles se mueren y no hablan. Y ya saben, los que no lloran, no maman. O siempre hablan los que menos tienen que decir.