Revista Cine
Como si fuera un preámbulo a otra gran película de periodismo que es "Todos los hombres del presidente" (Alan J. Pakula, 1976), Spielberg, que es sinónimo de calidad infalible, nos sumerge de nuevo en el turbio Estados Unidos del presidente Nixon y revela con precisión de cirujano cinematográfico las dificultades del Washington Post para sacar a la luz otro escándalo gubernamental (relacionado con la guerra del Vietnam). No sólo destaca la magnífica ambientación, el fabuloso trabajo de los actores (Meryl Streep por enésima vez), es que Spielberg convierte el denso trasfondo argumental en una relato que puede atrapar incluso al menos interesado por estos temas.
*****Título original: The Post
País: Estados Unidos
Duración: 116 min.
Género: Drama, Histórico, periodismo
Reparto: Meryl Streep, Tom Hanks, Alison Brie, Carrie Coon, Bob Odenkirk, David Cross, Bruce Greenwood, Tracy Letts, Sarah Paulson, Jesse Plemons, Matthew Rhys, Michael Stuhlbarg.
Productora: Amblin Entertainment, DreamWorks, Pascal Pictures.
Director de fotografía: Janusz Kaminski
Guión: Josh Singer.
Montador: Michael Kahn, Sarah Broshar
Música: John Williams
Producción: Kristie Macosko, Steven Spielberg
Producción ejecutiva: Adam Somner, Tim White
CUIDADO, NO HE PRETENDIDO HACER SPOILERS, PERO ALGÚN COMENTARIO PUEDE ENTENDERSE COMO TAL
CUIDADO, NO HE PRETENDIDO HACER SPOILERS, PERO ALGÚN COMENTARIO PUEDE ENTENDERSE COMO TAL
¿Quién lo diría? Steven Spielberg ya peina 71 años. Cada vez que estrena es un gran acontecimiento cinematográfico y lo es desde los años 70. Suma más de treinta películas, la mayoría de ellas clásicos instantáneos y “Los archivos del pentágono” es su undécima nominación a mejor película (no le han nominado esta vez como mejor director pero suma seis nominaciones y un óscar). Hago el repaso porque estamos hablando muy probablemente del mejor director vivo y si no lo es, porque para gustos los colores, al menos todo el mundo lo respeta y cada una de sus películas merece el visionado en una sala de cine.
A lo largo de su carrera ha abordado títulos de entretenimiento y para toda la familia, y otros, casi siempre basados en historias reales, en los que se pone serio y trata de concienciar y/o contarnos algún episodio relevante de la historia. “Los archivos del pentágono” es de sus títulos serios, un drama ambientado en el Estados Unidos de Nixon y que pone el foco en el mundo del periodismo y la política concretamente en un momento crucial para el Washington Post, cuando su propietaria Kay Graham (Meryl Streep) y su director Ben Bradlee (Tom Hanks) tuvieron que elegir si publicar una noticia que amenazaba la continuidad del periódico o plegarse a las exigencias de un gobierno con demasiados platos sucios que lavar. Un argumento, por tanto, muy pegado a la realidad de hoy porque trata muchos temas de rabiosa actualidad como el papel laboral de la mujer, la importancia social de las noticias y de los medios de comunicación, la trascendencia de la libertad de expresión, los tejemanejes políticos, la importancia de la economía en cualquier negocio o el deber que todos tenemos como ciudadanos para hacer nuestro mundo unpoco mejor.
He leído y escuchado a varios críticos decir que la película puede gustar más a los periodistas porque recrea su mundo y además regresa a un tiempo que hoy parece la arcadia del periodismo, sobretodo porque ese microcosmos de las grandes redacciones y la impresión en papel parece ya utópico y está en pleno proceso de extinción. Sea como fuere y aunque tal afirmación tiene parte de cierto, no creo que sea una película sólo para periodistas, al contrario. Spielberg se preocupa mucho de que, el asunto, aunque sea algo farragoso, lo pueda entender cualquier espectador y no se pierda interés en ningún momento. En ese sentido, como todas las películas de Spielberg, me parece modélica su forma de narrar y su empeño en poner al alcance de todos cualquier argumento por difícil que sea.
Ésta no es una película de “héroes” al uso ni se subrayan momentos especialmente emotivos así que vamos entrando en todo lo que nos cuentan a una cierta distancia más como testigos de excepción que empatizando con los protagonistas (véase esa primera conversación en el restaurante en la que más que cómplices nos sentimos unos cotillas inmiscuyéndonos en diálogo ajeno), pero sí late en la película una emoción especial porque todos los personajes están muy bien perfilados para que se puedan entender sus motivaciones y poco a poco con su actuación Meryl Streep y Tom Hanks te van conquistando, vas compartiendo su problemática y terminas comprendiendo a qué se enfrentan y cuál es su dilema. Y ahí surge la emoción, reconforta saber que a veces la intuición y el sentido de la responsabilidad, la coherencia con lo que uno siente y piensa, puede triunfar aunque todo parezca estar en contra.
Me encanta ese canto que Spielberg hace de los héroes anónimos a lo largo de toda la película (a parte de los actores principales, magnífico Bob Odenkirk). La historia está llena de ellos, de gente que se deja la piel cada uno de los días de su vida y nunca aparece en los medios ni en las páginas de historia. Kay Graham es una mujer directiva en un mundo de hombres, arrinconada porque llegó a su cargo “de rebote” al morir su marido (eso piensan todos), acorralada en un acantilado en el que o se agarra a la seguridad de lo que le imponen o salta al vacío para defender sus convicciones. Ambas decisiones son buenas y malas a la vez, con una demuestra ser una directiva responsable y con la otra demuestra ser una persona íntegra; pero en ambos casos arriesga algo. Sólo sus más allegados y los empleados de su empresa sabían a qué se enfrentaba y nosotros porque Spielberg nos ha contado su historia, pero cuando estas decisiones se toman no pasan a los libros de historia y en cambio son pequeños hitos. Me parece fantástico que eso lo explique Spielberg sin ningún tipo de subrayado, pero en cambio con una escena que me parece fabulosa: Kay Graham saliendo de los juzgados “por la puerta” de atrás pero admirada en silencio por un grupo de mujeres que aplauden con sus miradas ¡¡¡¡Esto es cine!!!! Imágenes que descontextualizadas no dicen nada, pero que viendo la película te ponen un nudo en la garganta.
Y ya digo, Spielberg no ha sido nominado a los óscars a mejor director por esta película, pero es pura maestría la forma en que te cuenta lo que cuenta, mimando la puesta en escena, sacando el máximo partido a los actores, fijándose en lo general pero también en lo concreto (pura delicia cómo nos cuenta el proceso de rotativas de los periódicos y como se distribuyen después en unas pocas horas), recreando la época como pocos títulos consiguen y emocionando con la mera exposición de los hechos y el mimo a sus personajes.Sin duda, uno de los mejores títulos del pasado 2017, una película muy recomendable pormuchas cosas y un magnífico punto de partida para que los que no la habéis visto veais “Todos los hombres del presidente” (Alan J. Pakula, 1976), una obra maestra del género periodístico que cronológicamente acontecería justo a continuación (y a la que Spielberg lanza un guiño con su magnífico final).
En los óscars de 2018 no consiguió premio, pero estuvo nominada a mejor película y mejor actriz (Meryl Streep). Podría haberlo estado también, al menos y en mi opinión: la dirección artística, la magnífica banda sonora de John Williams, algún actor más y por supuesto Spielberg.