Ayer criticaba que un periodista de muy alto nivel surferara sobre los argumentos sin realmente fundarlos y matizarlos. Hoy he de trasladar este problema a un político de segundo nivel, pero no menor relevancia, de la política española.
Hoy, Juan López Uralde se quejaba de que la CEOE recibía dinero público con un peregrino argumento “una organización liberal no puede recibir dinero público”. Ese argumento, tonto de mí, me sobresaltó.
Por un lado, ¿se puede calificar la CEOE una organización “liberal”?. Me sorprende esta afirmación puesto que en el sistema español, una asociación de patronos es:
In countries with a social market economy, such as Austria, Sweden and the Netherlands, the employers’ organizations are part of a system of institutionalized deliberation, together with government and the trade unions. In tri-partite bargaining the so-called social partners strike agreements on issues like price levels, wage increases, tax rates and pension entitlements. In these countries collective bargaining is often done on a national level not between one corporation and one union, but national employers’ organizations and national trade unions.
Se me ocurre pocas definiciones menos “liberales” y más “keynesianas” de lo que es una institución. Sí, la CEOE representa los patronos, y tiene cafres dentro, de acuerdo, a mí no me gustan sus posicionamientos, de acuerdo.. pero su papel, función, objetivos últimos, organización, todo está orientado hacia ejercer de institución que ayuda a controlar el mercado, domesticarlo y marcar las reglas del juego colectivas. Todo lo contrario a lo que yo imaginaría un ente “ultraliberal” como más tarde López Uralde tilda a la CEOE. Pero dejemos a un lado si CEOE es liberal, come niños, o le hace la puñeta al lobby ambientalista, como también se queja López Uralde (¿¿¿y??? ¿es que el lobby ambientalista no recibe también ayudas públicas cuando lanza campañas determinadas? ¿es malo ser un lobby?).
Cuando le planteo que la CEOE recibe financiación pública porqué su trabajo institucional y en la negociación colectiva beneficia a asociados y no asociados, me indica que más allá que son muy malos, no deberían cobrar con ello. A esta afirmación le pregunto como resuelve un problema básico de economía, que se produce cuando un grupo hace una labor que beneficia al colectivo y no es obligado que esa labor sea financiada por todos, que se llama el dilema del free-rider o del polizón. A esto me responde con un lacónico “no se de que me hablas“. El “no se de que me hablas” podría haberse respondido, entonces no sabes de lo que estás hablando en todo este debate, pero uno es educado y no entra a ese nivel.
EQUO no es un grupo de amigos con el que te reúnes los fines de semana, es una organización política con más de 200.000 votos en las últimas generales y que se supone que es la gran alternativa de la izquierda chanante. Si cuestionas algo, por ejemplo, la política energética, se le supone como mínimo algún fundamento. No espero que estén formados en lo más avanzado del debate técnico, económico y socioeconómico, pero sí en los elementos más básicos. Otros partidos minoritarios lo hacen.
Si EQUO cuestiona que la CEOE reciba pasta pública, adelante, pero al hacerlo debería plantear a la sociedad como resolver el dilema del polizón o del free-rider. Si alguien además te enlaza un artículo divulgativo donde te lo explica.. al menos échale un ojo, sobretodo si piensas defender tu postura.
Mañana EQUO pedirá que la CEOE no reciba dinero público, con la misma lógica UPyD (otros cracks de soltar prendas con poco fundamento) lo pide de los sindicatos, y con la misma lógica Intereconomía lo pide de los partidos y ONGs, que aunque López Uralde lo niegue, EQUO recibe dinero público para poder sostener su campaña electoral como cualquier coalición que se presente a elecciones. Si utilizas la falta de rigor para defender una postura puramente ideológica puede servir ese mismo argumento para una postura contraria a tus intereses y no puedes ni tan siquiera refutarla, consiguiendo, de hecho, una situación peor a la que querías mejorar.
Con la falta de rigor y de lógica en la política poco podemos pedirle a los periodistas, a los ciudadanos o a las organizaciones sociales que lo mejoren. Surfear los temas en política es más peligroso incluso que en el periodismo.