Revista Cultura y Ocio
Los australianos de Tobruk se cansan de salvarles el culo a los británicos - 13/08/1941.
Por LupuloxSoldados australianos en Tobruk, muchos de ellos con cascos alemanes y en un tris de convertirse al Nacionalsocialismo.
Camaradas,
Definitivamente la rutina se ha aposentado entre la guarnición australiana de Tobruk. En las cartas que escriben a casa cada vez se trasluce más el hastío, el aburrimiento, que a medida que transcurren los meses se transforma en resignación. Un joven australiano ha escrito a su madre: "Estoy muy contento aquí; ¡no sé porqué! No hay pájaros que canten, ni flores ni césped ni árboles ni ríos que contemplar, pero sencillamente soy feliz... me imagino que disfruto de la compañía y disfruto el maravilloso sentimiento de camaradería que se respira en Tobruk Más o menos estamos aislados del mundo, y tenemos una tarea y sólo una tarea, que no es otra que mantener este lugar. Ésta es una experiencia que siempre recordaré con agrado. Más adelante será un privilegio poder decir: 'yo estuve allí...'"
Las ratas del desierto, hartas de combatir por el Imperio Britanico.
El efecto que la situación está produciendo en Australia a las madres, esposas y novias de estos soldados es una creciente repugnancia por que sus hombres estén viviendo como salvajes en un desierto inmundo, sin comida adecuada, y que se sientan felices por jugar a las cartas continuamente, nadar, combatir y dormir. ¿Qué sucederá cuando regresen a casa, si es que llegan a regresar alguna vez a casa? Cada día que pasa se sienten más engañados en Australia: las tropas de los Dominios soportan sobre sus hombros el peso principal de los combates mientras los británicos se tumban a la bartola.
Panfleto de propaganda alemana arrojado sobre Tobruk en el que se conmina a lo australianos a rendirse.
La consecuencia ha sido una grave tormenta política. Las promesas que se hicieron a Robert Menzies, el Primer Ministro de Australia, de que los australianos combatirían en un cuerpo unificado han caído en saco roto: hasta la fecha, han sido enviados a Grecia y Siria, transportados de manera apresurada a Cirenaica para ayudar a un derrotado Ejército Británico y por lo visto están siendo abastecidos por destructores de la Real Marina Australiana, no de la Real Marina Británica. Australiana, y no le faltan motivos, se siente traicionada por la Gran Bretaña y la opinión pública clama a viva voz que los australianos sean retirados de Tobruk.
Soldados de la 9ª División Australiana, a bordo del barco que los llevará fuera de Tobruk.
Estas exigencias han sido puestas sobre la mesa ante Churchill, y a punto han estado de provocar la renuncia fulminante de Auchinleck, el nuevo Comandante Británico de Oriente Medio, sobre la base de que no cuenta con la confianza del Gobierno Australiano. Auchinleck también ha sido reprendido por el propio Churchill por haber desplegado la recién llegada 50ª División de Northumbria en Chipre en lugar de en el desierto. Al igual que hiciera con Wavell, Churchill ha presionado a Auchinleck para desatar cuanto antes una ofensiva contra Libia.
Los primeros soldados polacos ocupan el lugar de los australianos.
Finalmente, los británicos han hallado la solución. Los australianos serán reemplazados por los polacos, a quienes los británicos han conseguido engañar para convertirlos en sus nuevos conejillos de indias. A finales de julio, los primeros oficiales polacos han aparecido en los Cuarteles Generales de Tobruk. Ahora, mediados de agosto, la 18ª Brigada Australiana al completo será relevada. Los primeros barcos han llegado ya al puerto de Tobruk cargados con la carne de cañón polaca que seguirá sacándole a los británicos las castañas del fuego.
Gott straffe Engelland!