El consejo de administración de Tussam celebrado esta misma mañana ha decidido paralizar de momento la decisión de donar los 30 autobuses inmovilizados en sus instalaciones desde el pasado verano a países latinoamericanos que los pudieran necesitar. Por una vez, parece que impera el sentido común.
La decisión ha sido motivada por una moción presentada por el Grupo de Izquierda Unida, que ha solicitado dejar sin efecto la resolución por considerar que la donación mermaría la calidad del servicio que presta la empresa.
Izquierda Unida, que anteriores ocasiones ha apoyado este tipo de donaciones, ha basado su decisión en el hecho de que el número de autobuses de la flota descendería considerablemente, ya que no están previstas nuevas adquisiciones de vehículos.
La federación de izquierdas entiende que en tiempos de crisis es aceptable el alargamiento de la vida útil de la flota, aún a costa del envejecimiento de la edad del conjunto y el mantener el número de unidades totales siempre cercano a los 390 vehículos como óptimo para la prestación del servicio con unos niveles de calidad acordes a lo deseado.
También considera que la donación es contraria al espíritu de la moción aprobada en el pleno municipal a iniciativa de su grupo de cara a absorber al colectivo de trabajadores eventuales actualmente fuera de la plantilla.