Los resultados del lifting sin cirugía por supuesto los finales no pueden compararse con el auténtico lifting quirúrgico, pero tampoco son iguales en su esencia, siendo el más utilizado el lifting sin cirugía. Ante todo envejecimiento hay que trabajar tres planos (Volumen, Elevación, Arrugas) que no están aislados sin que configuran la base facial de cada paciente. De modo que si no se hacen técnicas en conjunto, siempre se obtendrá un resultado escaso, pero hoy en día con la ayuda de los hilos tensores los resultados son óptimos.
Es verdad que los rellenos faciales son la base para el aporte del volumen perdido. Aplicados a diferente niveles y con productos de distinta densidad se puede devolver a un rostro el aspecto más juvenil que tenía antes, como se dijo antes por medio de los hilos rusos. La aplicación de técnicas que elevan tejidos como es la toxina botulínica. Las últimas novedades son láser su dérmicos que pasados debajo de la dermis producen retensado en las zonas de flacidez y en el famoso código de barras consiguen una mejoría muy importante.
Y las alteraciones de las arrugas finas o las manchas se pueden eliminar mediante peeling, láser específico para manchas o para mejorar la calidad de la piel externa. Generalmente el lifting sin cirugía cuesta la suma de distintos tratamientos, que pueden ir desde los 95€ de una Radiofrecuencia facial a 1.200€ de un “tensado láser”. Si se aplica toxina botulínica aumenta el presupuesto en aproximadamente 380€ y una cantidad similar por vial de relleno de Hialurónico de primera calidad. El tratamiento completo para un lifting sin cirugía podría alcanzar 2.500€ en distintas fases y visitas.
Existen varias especialidades que son pioneros en estas técnicas: la cirugía plástica, la dermatología, y más recientemente la Medicina Estética. Investiga si el especialista que te va a tratar tiene estas especialidades. Es importante que el diagnóstico inicial te lo haga el mismo especialista que te va a aplicar el tratamiento. También es importante que el mismo te haga el seguimiento. Desconfía de los vendedores o intermediarios. Ponte en manos de un médico especialista y no de un “comercial”.