Tripulaciones desaparecidas sin dejar rastro, cuadernos de bitácora con mensajes inquietantes, conspiraciones, piratería, leyendas … hoy hablamos de barcos misteriosos, que, de alguna manera, han marcado la navegación marítima a lo largo de la historia.
Mary Celeste
Quizás uno de los casos más conocidos, es el de este barco del S.XIX.
El Mary Celeste fue construido en 1860 en Nueva Escocia.
Navegó por primera vez en 1861, pero con otro nombre, ya que originariamente se llamó Amazon. Ese mismo año, comenzaba la Guerra Civil Norteamericana.
Su primer capitán, el escocés Robert McLellan, enfermó y murió.
El siguiente capitán que llevó los mandos parecía también estar gafado, la nave chocó contra unas rocas, al llevarla a reparación, se incendió y el capitán fue despedido.
El barco fue llevado a varios puertos y contó con diversos dueños pero a ninguno le trajo suerte, ni beneficios.
En 1869, un armador de neoyorkino, James H. Winchester, lo compra, lo amplía y le cambia el nombre por el de Mary Celeste.
El 2 de noviembre de 1872 parte desde Nueva York hacia una nueva misión, cargado de 1700 barriles de alcohol desnaturalizado, con destino a Génova, Italia.
La tripulación iba capitaneada por Benjamín Spooner Brings, que pertenecía a una famillia de navegantes muy conocida en Nueva Inglaterra, por lo que tenía dilatada experiencia. Lo acompañaban su mujer Sara, y su hija Sofia, de tan solo dos años de edad.
La familia Briggs
Además viajaban en el barco, el primer oficial Albert G. Richardson, el segundo oficial Andrew Gilling, el cocinero, y cuatro marineros de origen alemán. Un total de diez personas.
Un viaje normal, un itinerario sin complicaciones… pero nunca llegarían a su destino…
El 4 de diciembre del mismo año, un barco que navegaba desde América a Gibraltar, llamado Dei Gratia, avista un barco a lo lejos en la zona de las Azores; debido al mal estado de las velas, y a que se encontraba algo escorado, deciden acercarse para ofrecer ayuda ante un posible problema.
El capitán David Reed Morehouse estando ya muy cerca, llama varias veces sin obtener respuesta, por lo que decide que algunos de sus hombres se acerquen para revisar el barco.
Así lo hacen, descubriendo que no hay restos de presencia humana en su interior. Había desaparecido también uno de los botes salvavidas, cuyos cabos parecían haberse cortado de una manera muy precipitada.
El barco, a pesar de la rotura de algunas de sus velas y cuerdas, se encontraba en buen estado y tenía provisiones para seis meses.
Nadie se explicaba porque estaba vacío, que había pasado, o en su caso, porque habrían huido de esa manera.
En el comedor, la mesa estaba puesta y la comida en ella.
Las pipas y el tabaco de los marineros también fueron encontrados como si los tuvieran que dejar allí precipitadamente y marcharse.
La posibilidad de que cayesen debido a una tormenta, estaba también descartada dado que todo estaba en su sitio y perfectamente dispuesto y ordenado.
También se descartó el robo, pues los pocos objetos de valor, el dinero etc, seguían en los camarotes de sus dueños. Lo mismo con el cargamento, no faltaba ningún barril.
Solamente faltaban los documentos del navío.
En la mesa del camarote del capitán, estaba el diario de abordo, está fue la última anotación:
<<Lunes 25. A las 5 llegamos a la isla de St. Mary, en dirección ESE. A las 8 la punta este estaba al SSO, a 3km de distancia>>
En el camarote del primer oficial se encontró un mapa del rumbo hasta el 24 de noviembre.
Los hombres del Dei Gratia, remolcaron el barco hasta Gibraltar, y allí cobraron una recompensa (según las leyes del mar, un barco encontrado en aguas internacionales, si es recatado, remolcado etc, se puede cobrar una recompensa por él, en proporción a su valor o su cargamento en caso de que lo hubiese).
Lista del pasajeros del Mary Celeste
A partir de aquí, comienza el misterio, y la leyenda.
¿Por qué habían abandonado el barco? ¿Qué circunstancias llevan a un hombre, su tripulación y su familia, a montarse en un bote, de forma súbita cuando el barco se encuentra en perfectas condiciones?
Una vez en Gibraltar, el fiscal de la Reina, Solly Flood, decide intervenir.
Según él, esta desaparición tiene toda la pinta de ser parte de una conspiración, de un asesinato en masa, acusando al capitán y a su tripulación de robar alcohol del barco y embriagados, asesinar a toda la tripulación del Mary Celeste. Esta teoría cayó por su propio peso, debido a que el alcohol, al estar desnaturalizado, provocaría terribles dolores antes de que alguien pudiese llegar a emborracharse.
Entonces empezó a barajar la hipótesis de un montaje; el capitán Briggs fingiría desaparecer, Morehouse rescataría el barco, y ambos se reunirían después para repartir ganancias. Por falta de pruebas esta teoría acabó también rechazándose.
Hubo un juicio, y el capitán y su tripulación fueron declarados inocentes pagándoseles una pequeña suma por el rescate.
El Mary Celeste, fue reparado y la carga entregada en Génova. Siguió navegando y cambiando de dueños constantemente y nadie hablaba cosas buenas de él, parecía estar maldito.
A lo largo de la historia y hasta hoy, las hipótesis han sido infinitas.
La mayoría giraban en torno al asesinato, entre la propia tripulación del Celeste, o por los hombres del Dei Gratia, pero no faltaron las hiostorias de OVNIS, monstruos marinos o fenómenos atmosféricos como trombas marinas.
Quizás la tripulación vio que se avecinaba una tormenta, y la posiblidad de que los barriles estallasen les hizo refugiarse en las balsas hasta que la tormenta amainase, pero sien embargo, los lastres se soltaron y acabaron a la deriva.
El caso, es que a día de hoy, no sabemos porque abandonaron el barco, ni tampoco se han encontrado restos de sus cuerpos o de la balsa de salvamento que utilizaron.
La historia además, fue inspiradora de novelas, relatos y películas.
Cabe decir, que actualmente, el periodista, Francisco García Novell, ha rescatado el tema hace un par de años, ya que después de unas investigaciones, cree que la clave del misterio pueda estar en Asturias.
Entre sus hallazgos, le llama la atención un artículo encontrado en un periódico de 1873, que narraba como se habían encontrado dos barcas llenas de cadáveres cerca de Candás. En una de ellas ondeaba la bandera de EEUU. El periodista cree que los cadáveres pertenecían a la tripulación del Mary Celeste. Sin embargo es muy difícil encontrar más información, así que habrá que esperar a ver si estas investigaciones nos aclaran algo más de este misterio.
SS Ourang Medan
Llamado el barco del horror, es uno de los casos más inquietantes de la historia marítima.
En 1947, la nave, (un carguero holandés) situada en algún punto del estrecho de Malaca, entre Sumatra y Malasia, envió una llamada de socorro, interceptada por varios barcos cercanos, que decía así:
<<Todos los tripulantes, entre ellos el capitán están muertos en el cuarto de derrota y el puente. La tripulación posiblemente también está muerta. Me muero >>
A partir de ahí, silencio …
Esta escalofriante llamada fue escuchada por un par de barcos estadounidenses, de entre los cuales, el Siver Star estaba más cerca.
Decide entonces atender a la llamada de socorro y navegar hacia su posición. Llegó en unas horas, y como en el caso anterior, por mucho que llamaban no obtenían respuesta, por lo que se monta un pequeño dispositivo para subir al Ourang a auxiliar a la tripulación.
Lo que se encuentran nada más subir a bordo, es dantesco.
Un mar de cadáveres inunda la cubierta, todos estaban con los ojos abiertos y una expresión de horror en sus rostros. además tenían los brazos extendidos.
El oficial que presuntamente había enviado el último mensaje se presentaba, también muerto, en su puesto y con las manos todavía en el telégrafo. No había nadie con vida a bordo.
En las bodegas más cadáveres, también con los ojos abiertos, y los miembros del Silver Star, aseguran sentir un frío extremo al bajar, a pesar de la temperatura exterior de casi 40º.
Sin encontrar explicación alguna para estas misteriosas muertes, el Silver Star decide amarrar al Ourang y trasladarlo a puerto.
Al poco de salir, se dan cuenta de que del barco al que van a remolcar, sale humo, de una de sus bodegas.
Deciden soltarlo, y al poco éste explota, en una detonación tan fuerte, que salta por los aires y se hunde en el océano.
Entonces se habían perdido todas las pruebas. Es más, hoy en día no existen indicios documentados de la existencia del barco.
¿Sería entonces una leyenda de marineros?
La existencia del Silver Star, sí se encuentra documentada, pero nada prueba el intento de rescate del carguero holandés.
Roy Baiton, historiador e investigador interesado en el tema, se pone en contacto con el profesor Theodor Siersdorfer de Essen, historiador alemán que ha dedicado la mitad de su vida a investigar este caso, sin pruebas concluyentes, presenta algunas hipótesis, que nos hace sospechar que pudo tener entrevistas con tripulantes del Silver Star.
Conocía datos muy precisos sobre el Ourang Medan.
Entre ambos, barajan la teoría de que el barco llevaba una peligrosa carga, a la vez que ilegal, gas nervioso o armas químicas, que en un ambiente como unas bodegas a altas temperaturas y movidas por el mar podría desembocar en desastrosos resultados que afectarían a los marineros.
Más inquietante es la hipótesis del origen de esa carga ilegal, vendría del grupo japonés secreto llamado Unidad 731, dirigida por Shiro Ishii, que durante la II Guerra Mundial haría experimentos equiparables a los del Dr Menguele, y que tendría armas químicas para ultilizar en caso de guerra. Este grupo podría de alguna manera estar en conversaciones con EEUU, lo que explicaría, que una vez desaparecido el barco por la explosión, se guardase silencio y todas las pruebas de la existencia del barco, desapareciesen.
El holandés errante
Es, sin duda, el más famoso si hablamos de leyendas marítimas y no lo podemos pasar por alto.
Su historia lleva pasando de generación en generación desde hace más de 500 años.
Básicamente es la historia de un capitán holandés que había desafíado la ira de dios y es por eso condenado a navegar eternamente por el océano. Ha sido inspirador de películas, y protagonista de una de las más importantes óperas de Wagner.
La leyenda tiene distintos matices según la versión que escuchemos.
Según los marineros alemanes, el holandés errante era el capitán Bernard Fokke, un hombre de complexión fuerte, que tenía poderes supuestamente gracias a la ayuda del diablo, pero que llegado el momento el propio diablo pidió su alma, y al final, lo condenó a vagar por los mares.
Según la versión francesa, el capitán holandés, ateo, en uno de sus viajes y cerca del Cabo de Buena Esperanza, amenazaba una gran tormenta, sus hombres se acongojaron, pero él, lejos de eso, blasfemó, se rió y desafió a tales fenómenos atmosféricos. Su osadía sería castigada por Dios quien le había condenado a lo siguiente:
<<Se te considerará un diablo del mar. Vagarás sin cesar por todas las latitudes y nunca hallarás reposo ni buen tiempo. La sola visión de tu barco, que seguirá rondando hasta el fin de los tiempos, traerá la desgracia a quien lo ve>>
Representación de la ópera “El Holandés Errante” de Wagner
Desde hace siglos, son muchos los barcos que aseguran haberse encontrado con él, tenemos algunos datos por ejemplo de 1939, de el Anuario británico de África del sur, en el que varias personas aseguran haberlo visto, acercándose a la playa con las velas desplegadas, aunque esa noche no hacía viento.
El rey de Inglaterra George V, aseguró también haberlo visto (en el año 1881), en la oscuridad, con un halo rojizo. Al día siguiente de la visión murió el vigía, y unos días después el Almirante.
Siempre se ha dicho que todo el que vea el barco quedará maldito.
Octavius
Año 1761, un barco que llevaba por nombre Octavius parte de Londres con destino China, a la que llega meses después.
Vuelve a llenarse de cargamento para volver a la capital inglesa, pero nunca llegaría a su destino. Desaparece en algún momento de 1762.
Dado por perdido, 13 años después, en 1773, un ballenero de Groenlandia llamado Herald, avista un barco a lo lejos y el capitán del mismo, Warren, decide acercarse con algunos hombres.
Al aproximarse, el estado de la nave, y las velas raídas le hacen pensar que está abandonado a la deriva. A medida que se acercan pueden leer el nombre cubierto de hielo “Octavius”.
Deciden subir, no se imaginaban lo que iban a encontrar dentro.
En los camarotes, 28 cadáveres congelados, cada uno en su cama. El hielo los conservaba tal y como fueron, parecía que estaban dormidos.
Al llegar al camarote del capitán, la escena no fue muy distinta, excepto porque éste, se encontraba sentado frente a su escritorio, con los brazos cruzados.
En el camarote de al lado, una mujer recostada en la cama con los ojos abiertos mirando hacia un hombre que se encontraba, también congelado, con una piedra de hacer fuego en sus manos, y restos de serrín en el suelo.
En la cama bajo una chaqueta había un bulto, tristemente al levantarla descubrieron el cuerpo de un niño con un muñeco de trapo.
Los marineros que acompañaban al capitán, le pidieron huir de ese barco temiendo alguna maldición, y a pesar de negarse en un principio decide acceder, y se van de allí tan solo con el cuaderno de bitácora.
De vuelta al Herald, el capitán lee la última anotación en el cuaderno:
<<Hasta ahora hemos estado atrapados en el hielo por 17 días.Nuestra posición aproximada es Longitud 160 O, Latitud 75 N. El fuego finalmente se extinguió ayer y el maestre ha estado tratando de encenderlo otra vez pero sin mucho éxito. Le ha dado la piedra a uno de los marinos. El hijo del maestre murió esta mañana y su esposa dice que ya no siente el frío. El resto de nosotros no siente lo mismo en esta agonía>>
La historia adquiría matices interesantes; por un parte, si el barco se encontraba en dichas coordenadas señalaban como punto Alaska, y había aparecido a miles de km, en Groenlandia.
Por otro lado, el barco había logrado cruzar el Paso del Noroeste, un paso que llevaban años buscando los barcos, para que la ruta entre el Atlántico y el Pacífico se hiciese más corta. Faltaban la mayoría de las hojas del cuaderno, así que no había más información.
El capitán del Octavius seguramente encontró el camino, y desgraciadamente, también la muerte.
El barco volvió a desaparecer y no se supo jamás nada más de él, por lo que volvemos a encontrarnos con un caso sumido entre la historia y la leyenda.
136 años hubo que esperar hasta que otro barco, con el noruego Amundsen al frente, demostrase que efectivamente, se podía atravesar América por Alaska.
MV Joyita
Nos encontramos más cerca de nuestros días. En 1955 el Joyita, un velero pequeño, salió hacia las Islas Tokelau con media carga y 25 tripulantes. Nunca llegaría a puerto, pero tampoco emitió señales de necesidad de ayuda.
El dispositivo de búsqueda no tuvo éxito, a pesar de que comenzó horas después de que se dieran cuenta de que el barco no llegaba en la fecha y hora aproximada a al que debería, y no se escatimó en medios, por mar y aire.
Un mes más tarde, el barco apareció cerca de Fidji. De nuevo encontrado por otro en alta mar, y una vez más, vacío.
Faltaban, el diario de abordo, los instrumentos de navegación y las provisiones, además faltaban 4 toneladas de corcho (de un cargamento de 18).
En la cubierta estaba lo inquietante, se encontró instrumental médico: un escalpelo, un estetoscopio y vendas manchadas de sangre.
Los botes salvavidas tampoco estaban. Sin embargo, la radio funcionaba perfectamente y el barco parecía estar en perfectas condiciones de motor, etc, como para abandonarlo.
Lo curioso es que las ventanas estaban rotas y el motor apareció cubierto de colchones.
Si huyeron en las barcas cabe preguntarse porque no los vieron desde el aire, dado que éstas están diseñadas para poder ser avistadas.
Y de nuevo nos encontramos con teorías e hipótesis que van desde el asesinato, hasta la piratería, pasando por los extraterrestres, o fenómenos tipo el triángulo de las Bermudas. También que habían sido secuestrados por los rusos o los japoneses, y llevados en un submarino.
Familiares de los supervivientes, creen que el barco se inundó y que el capitán emitió una señal de socorro en la radio, que creía que funcionaba pero no, y se lanzaron a los botes salvavidas pudiendo ser volcados por una tormenta o incluso atacados por tiburones.
Otra vez más un enigma sin resolver.
SS Cotopaxi
Es el caso más reciente; hace apenas 4 meses en mayo de este año, apareció a la deriva y en muy mal estado en las costas de Cuba, un barco; cual fue la sorpresa de los servicios de salvamento cuando al acercarse y leer su nombre, se dieron cuenta de que era el Cpaxi, un barco perdido en el Triángulo de las Bermudas en diciembre de 1925, es decir, hacía 90 años.
El barco había salido el 29 de noviembre de 1925, de Carolina del Sur con un cargamento de varias toneladas de carbón y con destino La Habana. La tripulación la formaban 32 marineros.
Dos días después el barco fue dado por desaparecido al no volverse a tener noticias de él, que dejaron de tenerse justo en el momento que atravesaban el famoso Triángulo de las Bermudas, que se sitúa entre Miami, Puerto Rico y las Bermudas, y donde numerosos barcos y aviones han desaparecido a lo largo de los siglos sin volver a tener noticias de ellos. Es un fenómeno extraño que se ha llegado a achacar a fuerzas extraterrestres o sobrenaturales.
Volviendo a la actualidad, cuando subieron al reaparecido Cotopaxi, el interior estaba totalmente abandonado y sucio, y no había restos de la tripulación.
Se encontró el cuaderno de bitácora, que después de algunas investigaciones se dio como auténtico, pero una vez leído y examinado no aportó ningún dato o pista que ayudase a desentrañar que pasó con los navegantes que ocupaban el barco. Las autoridades cubanas siguen investigando, aunque parecen llevarlo en el más absoluto secreto.
Como anécdota, comentar, que esta nave aparece en la película Encuentros en la tercera fase, apareciendo en el desierto del Gobi, junto con algunos aviones de la II Guerra Mundial.
Aunque existen muchos barcos más, en Detectives de la Historia hemos querido escoger estos seis, y te animamos a ti, lector, a que aportes tu punto de vista, y nos ayudes a resolver los misterios marítimos de la historia de la navegación.