Es muy habitual que los bebés se duerman mamando, e incluso que después de haber mamado se queden un rato más succionando, precisamente para acabar de coger el sueño. Mamar da sueño porque es un acto que cansa, el bebé tiene que mover la mandíbula y succionar y como se cansa necesita descansar, por eso puede tener sueño si lo hace un buen rato.
Durante mucho tiempo algunos expertos en sueño infantil han intentado separar la comida del dormir y han recomendado insistentemente que los bebés coman sólo cuando están despiertos y que, después de comer, sigan estandolo para que no asocien una cosa con la otra.
Últimamente la recomendación se ha flexibilizado un poco y admiten que puede ser que el niño llegue a dormirse estando al pecho, pero que cuando acabe de comer debemos despabilarlos un poco, tratar de romperles el sueño, para dejarlos dormir sin el pecho. Sería como enseñarles que para dormir no tienen que estar mamando, sino que se duerman por sí mismos.
De este modo debe conseguirse que los bebés sean capaces de dormirse solos sin necesidad del pecho de la madre por los siglos de los siglos. Esto, evidentemente, puede dar resultado con algunos niños y, es muy probable que la mayoría se queje bastante por semejante trato y ya no solo por lo incongruente de despertar a un niño que ya se ha dormido para que aprenda a volver a dormirse solo, sino porque si miramos cuál es la asociación entre lactancia y sueño parece que lo más lógico es no hacer nada y actuar en base a lo que el bebé pide y no en base a lo recomienda alguien que quiere evitar algún posible y desconocido mal futuro.
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