Varios test realizados en niños de uno y dos días por expertos de la Universidad de Florida muestran que la habilidad de los recién nacidos para absorber la información del mundo que les rodea nunca termina, y siguen aprendiendo mientras duermen.
Los científicos usaron el electroencefalograma para medir la actividad cerebral de los bebés mientras dormían y una videocámara que registraba las expresiones faciales de cada uno.
Una máquina emitía un sonido a la vez que soplaba de manera suave en cada párpado de los bebés. A lo que ellos respondían aprentando la cara. El experimento se repitió en nueve ocasiones y a la décima la máquina emitía el ruido pero sin soplido. Después de 20 minutos repitiendo esta misma secuencia, 24 de los 26 pequeños contraían el rostro en respuesta al sonido, independientemente de que fuera acompañado de soplo o no.
Al mismo tiempo el electroencefalograma detectaba cambios en al actividad cerebral de los bebés en el momento en que oían el ruido, lo que, según los científicos, indica que aprendieron a asociar el tono con el sonido.
Otros bebés fueron sometidos a sonidos y soplidos irregulares y sin emparejar y no reaccionaban aprentando los párpados al escuchar el sonido.
Los investigadores que han llevado a cabo este proyecto afirman que , es la primera vez que se demuestra que los recién nacidos son capaces de aprender relaciones entre estímulos mientras duermen.