Revista En Femenino

Los bebés y el gusto

Por José Luis @jluis8

Siguiendo la senda creada en el tema de los sentidos en los bebés y su estimulación, desde el blog de la cestita del bebé hoy tratamos el gusto. Los sentidos y su estimulación son vitales para un correcto aprendizaje, crecimiento y desarrollo en los bebés y niños pequeños.

Los bebés y el gusto

Debemos conocer que el sentido del gusto comienza su desarrollo ya desde que el bebé está desarrollándose en el útero de la mamá. De esta forma, ya puede detectar olores e ir sintiendo sabores según la dieta de la mami.

Como todos sabemos tenemos predilección por los alimentos dulces y los bebés no son la excepción. La principal razón es que la ingesta de alimentos con azúcar les ofrece relax y calma. Como diría un sabio somos golosos por naturaleza. Ya que nuestro primer alimento que tomamos en la leche de la mama que ofrece gran cantidad de nutrientes entre ellos azúcar. La leche les ayuda a relajarse y el estar en contacto con mama les ofrece protección, así que no hay mejor momento que saborear la rica leche de mama y a lo mejor echarse un sueño..

La leche materna es un alimento nutritivo muy completo que además aporta una dulzura natural que no se puede resistir al gusto del bebé, esta combinación es ideal para que el bebé crezca sano y mejorando en su aprendizaje. De esta forma se puede resumir que la lactancia, bien sea de forma natural o con biberón, supone una gran fuente de placer para los recién nacidos.

Sentido primario

En los bebés las capacidades del gusto que le les lleva a sentir placer y aprender y explorar se gesta mucho antes del nacimiento y parto. Nuestras papilas gustativas se van desarrollando cuando todavía somos uno feto de ocho semanas y tenemos el tamaño de una alubia, para sentar semejanzas. Pero no es a partir de las 13 semanas cuando el sistema nervioso del bebé puede captar la información de las papilas gustativas. Aquí es cuando de verdad los bebés pueden empezar a notar sabores.

Tras el parto, es decir, en el nacimiento, los bebés ya utilizan muchas de sus papilas gustativas, que les servirán para ir aprendiendo nuevas experiencias y sabores en contraste con los que sentía cuando estaba en el vientre de mamá. Este es el principal motivo de que les guste tanto la leche materna, ya que su sabor les resulta familiar de los sabores que estaban presentes en el líquido amniótico.

Por lo tanto se puede intuir que los bebés consiguen información más compleja de la que podemos entrever en un principio a través del gusto.  Es tal la evolución desde que nacemos, que los bebés a las pocas horas de nacer son capaces de distinguir varios tonos de dulce, así mismo diversos estudios indican que también pueden discernir entre los sabores agrios y amargos.

Nos encanta el dulce

La naturaleza es sabia y de esta manera cuando tu bebé detecte sabores amargos y agrios lo mostrará arrugando la nariz, se enfade o saque la lengua y probablemente llore si el sabor es intenso. Es una conducta por instinto natural para evitar tomar alimentos o sustancias nocivas, tóxicas o incluso en mal estado.

El sabor salado ese gran desconocido

Y es que si distinguía ya varios sabores parece que el sabor salado a esta temprana edad se resiste. Conforme avanza el tiempo y es a partir de los 4 meses cuando los bebés van modificando sus papilas y haciéndolas más sensibles al sodio.

Como estamos comentado desde que nacemos tenemos una fina percepción del sabor, pero debemos crear costumbres y rutinas para que los bebés aprendan y vayan viendo que es lo que más les conviene y no sólo les gusta.

Buenas sensaciones

No lo podemos negar ya seamos bebés, niños o adultos siempre encontramos sensaciones de placer cuando tomamos alimentos dulces, nos hace sentirnos bien, nos aportan energía y además ayudan a liberar endorfinas. Estas sustancias químicas que nos provocan placer y mitigan el dolor.

Para los bebés los alimentos dulces son ideales para ganar peso y energía, así están más despiertos y sanos, pero también tenemos que recordar que conforme crecemos y ya para niños y adultos, los dulces ya no son tan buenos. Nuestro metabolismo no necesita tanta energía ya que nuestro crecimiento se ralentiza y no es necesaria tan caloría, además existen enfermedades derivadas por su uso indiscriminado, como son la diabetes y las caries.

Pero para los bebés el azúcar es mano de santo para reducir lloros y berrinches, les ayudar conseguir coordinación y movimientos hacía la boca, mejorando su vigía y sistema de alerta. Este grato sabor les induce a chupar, ese efecto tranquilizador que también consiguen con el chupete o los dedos de la mano.

El gusto por naturaleza

Sabemos que los bebés y niños no son muy pacientes, de hecho se suelen aburrir con casi todo en tiempo record. Así que la naturaleza también actúa en este aspecto, y es que para que haya más sabores interesantes, la leche materna cambia en matices y consistencia según la hora. Al comienzo del día se suele producir la leche más suave y con menos cantidad de grasa y por la tarde y noche antes de irse a dormir se producen las bajadas más grasas, satisfaciendo durante la noche y más tiempo su alta demandan de proteínas y minerales.

Como comentábamos la leche de la madre también varía según los alimentos de la dieta. Marcando de esta forma los sabores de sus ingestas también, pero lo que sí está terminantemente prohibido es la ingesta de alcohol. Ya que las bebidas espirituosas alteran el sabor de la leche de casi inmediato con graves perjuicios para el bebé y su sueño.

El gusto es sinónimo de deleite

Ya hemos explicado que los sabores dulces afectan al ánimo provocando más alegría y energía, de esta forma se activa el instinto de succión que le ofrece calma. La rápida adaptación de los bebé a distinguir entre los sabores dulces les acarrea mejoras en la su concentración y por lo tanto mejorando el aprendizaje sobre el entorno que le rodea. De esta forma parece claro que el sentido del gusto guía al niño a esa fuente de placer, satisfacción y nutrición que no es otro que su alimento perfecto, la leche materna.

El gusto y los sabores siguen guiando a los niñ@s conforme crecen, de esta forma lo natural es tomar alimentos naturales como la fruta, y verduras, que son una fuente ideal de vitaminas y minerales junto a ese sabor dulce. Por eso es importante no habituar a los niños a tomar alimentos procesados y de bollería.

Los bebés exploran todo mediante el gusto y los diferentes sabores que les proporcionan, así van aprendiendo cosas del mundo que les rodea gracias a este importante sentido. Debido a esto los papás y mamás debemos estar vigilantes y alertas para ir controlando lo que se llevan a la boca, ya que pueden ser objetos no deseables, o contundentes o que provoquen ahogamiento si son duros y de pequeño tamaño.

Conforme los bebés van creciendo y se van haciendo mayores, van consiguiendo más independencia y el gusto es primordial para ello. Será una época difícil para los papás y mamás, ya que todo se lo llevarán a la boca y tendrán continuos cambios de gustos, lo que antes les gusta ahora ya no les atrae y viceversa, nos referimos a las comidas. Es su forma de experimentar y explorar para ir creciendo mediante el gusto.

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