La Miel es utilizada por los seres humanos desde los tiempos más remotos
Desde siempre se sabe que la miel es muy buena para la salud y se conocen sus propiedades casi milagrosas. Desde pequeños hemos odio a nuestros mayores insistiéndonos con la miel para que años después la ciencia nos corrobora lo que ellos ya sabían; es lo que aprendieron y lo que nos transmitieron.
La miel es un excelente conservante para muchos alimentos ya que nunca se estropea ni se llena de moho; en excavaciones en Egipto se encontraron muestras de miel perfectamente conservadas en vasijas que aún eran comestibles y con más de 2000 años de antiguedad !!!
La miel es un endulzante natural y un complemento alimenticio ideal. Calma la tos además de tener un efecto expectorante. Si se usa de forma tópica (aplicado sobre la piel) desinfecta las heridas favoreciendo su cicatrización.
La Miel tiene unas 350 calorías por cada 100 g. de las cuales el 80% son azúcares, lo que le da su característico sabor dulce. Estos azúcares, esenciales para el organismo, son la glucosa, un 30%, la fructosa un 40%, la maltosa un 7% y la sacarosa un 5%. Además aporta pequeñas cantidades de isomaltosa, rafinosa y erlosa. También aporta enzimas como la amilasa, la catalasa, la invertasa, la proxidasa, la diastasa y la lipasa. En pequeñas cantidades aporta vitaminas A, C, D, E, K y las del grupo B y minerales como potasio, calcio, magnesio, hierro.
Gracias a todos estos elementos que aporta al organismos, la ciencia moderna está descubriendo nuevos usos para la miel en el tratamiento de diversas enfermedades como por ejemplo las investigaciones del equipo científico del Centro Médico Académico de la Universidad de Amsterdam donde investigan la capacidad de la miel para matar las bacterias una proteína llamada defensina-1. Otro estudo publicado Microbiology puso de relieve que la miel es un remedio muy eficaz para el tratamiento de infecciones crónicas de heridas.