Cuando nos alimentamos, ingerimos una gran cantidad de vitaminas, minerales y otros nutrientes básicos que nos permiten mantener el cuerpo sano. De todos ellos, destaca de forma especial el calcio.
Este elemento metálico tiene un tono blanco-plateado, es químicamente reactivo, su símbolo es Ca y su número atómico es 20. EL calcio ayuda en muchas reacciones con las enzimas, participan en el metabolismo del glucógeno y regulan la contracción muscular. La mayor cualidad del calcio es permitir que nuestros huesos gocen de una salud excelente. Su deficiencia provoca la aparición de enfermedades como la osteoporosis. De hecho, los estudios médicos realizados indican que un consumo insuficiente de calcio durante toda la vida disminuye la densidad ósea y provoca un alto índice de fracturas. Encuestas nacionales sobre la nutrición revelan que la mayoría de las personas no toman la cantidad de calcio suficiente para que sus huesos crezcan y se mantengan sanos.
Además, el calcio es necesario para que órganos como el corazón, los músculos y los nervios funcionen de forma adecuada y contribuye a una correcta coagulación de la sangre.
La dosis recomendada depende de muchos factores como edad, sexo, medicamentos y densidad de los huesos. El consumo diario de calcio recomendado es de, aproximadamente, 1000-1500 miligramos. Frente a esta dosis, los niños de entre 4 y 8 años deben tomar 800 mg, los adolescentes (hasta los 18 años), 1.300 mg, los adultos en condiciones normales unos 1.000 mg, los adultos mayores de 50 años, 1200 mg, igual que las mujeres embarazada o en lactancia. Por último, las mujeres con menopausia deben aumentar la dosis hasta los 1200-1500 mg.
Alimentos ricos en calcio son: lácteos (leche, queso, yogur), brócoli, col rizada y col china, cereales enriquecidos, zumos, productos de soja y otros alimentos (alimentos como el jugo de naranja y la leche de soja vienen enriquecidos con calcio), tofu…
En el mercado también existen suplementos de calcio para ayudar en la falta de este mineral.
Además, el calcio es utilizado para controlar los altos niveles de magnesio, fósforo y potasio en la sangre. Del mismo modo, el calcio puede ayudar a controlar la presión arterial alta y ayuda a mitigar los síntomas de la menopausia.
Los grupos que tienen mayor riesgo de falta de calcio son las mujeres posmenopáusicas (porque no están acostumbradas a tomar mayor cantidad de calcio), las personas con intolerancia a la lactosa (porque han tomado menos calcio del necesario) Personas que estén tratadas con corticoides y los vegetarianos.
Los efectos secundarios del consumo de calcio pueden ser los gases, estreñimiento e hinchazón. En dosis altas, el calcio puede provocar cálculos renales. Si lo que se produce es una sobredosis, los efectos secundarios son náuseas, sequedad en la boca, dolor abdominal, ritmo cardíaco irregular, confusión.
José Javier Tendero.
Artículo patrocinado por: