Para empezar el agua de mar tiene unos beneficios extraordinarios para la piel, pues la lava de tal forma que si tienes granitos o exceso de grasa consigue reducirlos e incluso hacerlos desaparecer, manteniendo una piel más tersa y suave. Dicen que es el mejor producto de belleza natural...Incluso se utiliza para enfermedades como la psoriasis, unas friegas con agua marina y las escamas características se van desprendiendo. Además, tiene un efecto antibiótico, es ideal para avanzar en procesos de cicatrización de heridas.
Y no solo los beneficios se centran en la piel, pues también, el mar tiene propiedades terapéuticas que ayudan a nuestro organismo a sentirse bien. Nadar con olas o simplemente flotar es una fuente de vitalidad y ayuda a relajar los músculos debido al yodo, que a su vez favorece la recuperación de lesiones.
Asimismo, ayuda a mejorar la respiración -el agua salada favorece a que los pulmones puedan eliminar todas las toxinas-, a aliviar los problemas reumáticos, a calmarnos y eliminar la ansiedad, a tratar problemas de insonmio, mejorar la circulación sanguínea...
Y ya fuera del agua los beneficios continúan: la brisa marina, los deportes o paseos por la arena, que fortalecen los músculos al no estar pisando terreno llano y favorece a nuestra resistencia o el simple hecho de tomar el sol (siempre con protección!!) que aporta vitamina D, ayudan a nuestro organismo a estar en forma y sentirse bien por dentro y por fuera.